Memorias de un escuálido en decadencia | Navidad

Publicado el 22 diciembre 2023 por Jmartoranoster

¡Tremendo regalo le trajo el Niños Jesús a la dictadura! Terminamos el año derrotados, abandonados por Biden. Biden es comunista. ¡Viva Trump, carajo! Le devolvieron al colombiano a la dictadura y nos dejaron a nosotros con los ojos claros y sin vista. Llorando en el Valle. Esta dictadura termina el año con veinte puntos. Sentaron al compañero Irfaan Alí en San Vicente y le cantaron las cuarenta. Y ahora viene el compañero Biden y les envía este regalito. No nos jodan más que no aguantamos tanto castigo. Los dos colombianos se abrazaron en Miraflores. Aquella imagen hizo llorar a muchos de nosotros que siempre hemos confiado en todo los que nos dicen desde Miami. Desde nuestra segunda patria, o sea, desde EE. UU. Es verdad que lo habían secuestrado en Cabo Verde y se lo llevaron para el país de la democracia, con un método poco democrático, pero eso nos importa un carajo cuando se trata de arrancarle los secretos a la dictadura. Y nosotros sabemos que así se hacen las cosas, porque muchas veces la democracia nos importa un carajo, si no, que lo diga el compañero Milei en Argentina, quien le acaba de pasar con su motosierra por encima al congreso y decretó un montón de vainas para joder a la gente, pero eso es por ahora, después viene el paraíso, porque todos sabemos que sin tetas no hay paraíso, o mejor dicho, sin sacrificio no hay bienestar.

El dictador, hecho el pendejo, nos ha venido jodiendo lentamente. A la compañera María –Súmate– CM, la pusieron a correr a última hora. La mujer dijo que no iba al TSJ porque no reconocía las instituciones de la dictadura, y eran más de las tres y media de la tarde, y una llamada del compañero embajador de Estados Unidos de Venezuela en Colombia, la llamó y le dijo: “Déjate de pendejadas y anda al tribunal ese, para ver qué hacemos”. Y a las tres y cuarenta llegó al tribunal y dejó, o perdió, allí sus papeles y salió con una cara de derrotada que no la brinca Ismael García en sus mejores tiempos. Algunos dijeron que ella fue al TSJ a buscar su pernil para prepararse su chicharrón con pelo, pero esos no son juegos, como decía el cómico aquel, Joselo, que también terminó defendiendo a la dictadura. Es decir, el dictador está que no cabe de la alegría y nosotros estamos que no cambemos en ninguna parte con la arrechera que cargamos encima. Periodistas pagados por todos nosotros diciendo pendejadas de que no soltaban al tal Alex Saab, y allí está, recibido como héroe de vuetla a la patria. Muerto de la risa y con visita en la Asamblea Nacional para dejar bien claro que todo está legal y al carajo los enfermos.

¡Qué triste Navidad, carajo!”. Y sin tener nada claro para este 2024, porque candidato, por ahora, y perdonen la frasecita, no tenemos. No sabemos por quién salir a dar la cara para ver si nos quitamos esta pesadilla de encima. Es muy difícil que el TSJ diga sí, porque seguro dice que no es no. Y ojalá que desde la universidad de Miami, donde está impartiendo desconocimientos el interino Guaidó, no nos salga diciendo: “Cese a la usurpación, gobierno de  transición y elecciones libres”, porque entonces sí torció la puerca el rabo, nos jodimos bien jodidos.

El papá de Margot vio la llegada de Alex Saab a Maiquetía y apagó el televisor y se puso de pie. “Carajo, no nos llegó el pernil, pero le llegó este regalo a la dictadura. Ahora sí es verdad que no hay que creer en nadie. Váyanse bien lejos al carajo los periodistas que tenemos bien pagados en Miami, que decían que no volvería, y el hombre volvió, volvió, volvió”. Y se fue al cuarto y agarró la puerta y le metió ese coñazo tan duro, que la vecina salió gritando: “¡No te llegó el pernil, muérgano!”.

—Ven a mi casa esta navidad —me canta Margot.

Roberto Malaver