Tras este breve apunte, esta es una película donde se le quiere dar de nuevo un punto de vista original al genero zombie, convirtiéndolo en parte en comedia, y en parte en drama romántico. Si por lo primero, acierta por completo, aunque no te partas de risa, por lo segundo fracasa rotundamente, y al aficionado al genero le deja bastante vacío.
El tramo inicial, es bastante bueno. Se nos presenta a si mismo R, y nos da una descripción de su hogar y de la zona en la que vive, con una buena dosis de humor. Humor, que le viene muy bien, para hacerte olvidar, el porque se ha llegado a esta situación apocalíptica, como se han convertido en zombies, porque cuando llegan a ser huesudos son tan rápidos, etc, etc,... Sin embargo, a mitad de metraje,la película gira por completo, y se convierte en una película romántica juvenil, donde los chistes son más bien escasos, y se tiñe todo de una seriedad un tanto impostada. Esta parte final, es la que más me rechina. Sin haber llegado a aburrirme del todo, hace que las preguntas que en un principio me planteaba, y que había pasado por alto por parecer la película una comedia y por lo tanto, perdonar ciertas concesiones, vuelvan con más ímpetu, y además me empiece a formular otras (como por ejemplo, ¿porqué demonios no escapa con el coche desde la primera vez? ¿Y es que el resto de los zombies no oyen el coche?).
El plantel actoral, no lo hace del todo mal. Tenemos al habitualmente soso Nicholas Hoult, reconvertido en galán juvenil zombie. Y precisamente por ser zombie, no le sienta tan mal el personaje (veremos en futuras entregas si hay). Teresa Palmer no lo hace nada mal. John Malkovich, como casi siempre últimamente esta muy desaprovechado. Y la gran baza es Rob Corddry, que es el contrapunto perfecto cómico.
Los maquillajes y los efectos especiales, no son nada del otro mundo. Y el diseño de los huesudos, no me ha gustado mucho, pues me parece increíble que les hayan quitado los ojos, y aún con todo puedan ver perfectamente.