Hace un par de semanas decidí leer este libro que aunque tenía desde hace tiempo nunca me llegó a convencer del todo, quizá porque he visto la película y pensé que con eso era suficiente.
Ahora que me he interesado más por comprender la cultura japonesa y he empezado a leer libros sobre Japón me parecía un buen momento para darle una oportunidad a este libro.
Tengo que decir que de los libros que he leído en la actualidad sobre Japón “La fórmula preferida del profesor“, “Kokoro“, este es el que más me está enseñando sobre sus costumbres y cultura.
El libro lo tengo en el kindle y aunque aún no he llegado ni a la mitad del libro, lo tengo lleno de notas sobre detalles interesantes que no quiero que se me olviden con el paso del tiempo. Sé que este libro no esta libre de controversia y en ciertos puntos como la prostitución o la venta de la virginidad puede que sea más ficción que realidad, aun así es un libro del que se aprende mucho y me parece esencial si quieres conocer más sobre ellas.
La fotografía pertenece a Mineko Iwasaki, geisha principal sobre la que trata el libro.
Memorias de una geisha es un libro de fácil lectura y ameno por lo que disfrutarás con él y aunque algunas personas comentan que el libro se puede hacer algo lento a mí no me lo ha parecido en absoluto.
Cuando termine este libro escribiré varios artículos sobre las geishas, sus costumbres y detalles que puedan ser bastante desconocidos.
Por cierto, un interesante saber que este libro está escrito por Arthur Golden y aunque se indica en su prólogo que la historia es prácticamente real, Mineko Iwasaki recriminó y denunció a Arthur por las mentiras que allí se cuentan y contar supuestos secretos.
Esto llevó a Iwasaki a escribir su propio libro en el que se cuenta de primera mano cómo es realmente su vida. Este libro se titula “Vida de una Geisha” y ha sido un éxito a nivel mundial.
Así que una vez que termine Memorias de una geisha, me pondré con Vida de una Geisha y tener un conocimiento más amplio del tema.
Espero en pocas semanas poder contar qué aprendí