Es sabroso, aunque todavía no haya sido civilizado, un buen plato de frijoles negros. Eso ocurre con todo lo que nos rodea: está hundido en el subdesarrollo. Hasta los sentimientos del cubano son subdesarrollados: sus alegrías y sus sufrimientos son primitivos y directos, no han sido trabajados y enredados por la cultura. La Revolución es lo único complicado y serio que les ha caído en la cabeza a los cubanos. Pero de aquí a que nos pongamos al día con los países civilizados pasarán muchos años.No puedo pensar en la burguesía cubana sin echar espuma por la boca. Los odio tiernamente. Me dan lástima: por lo que pudieron haber sido y no fueron por imbéciles. Mira que en una época traté de convencerlos para que se metieran en política, estudiaran lo que pasaba en el mundo; insistí en que había que modernizar el país: acabar con los bohíos y la sabrosura cubana, obligar a todo el mundo a estudiar matemáticas. Nada. Y con ellos me hundí yo también. Ahora solo.(Citas de Memorias del Subdesarrollo, de Edmundo Desnoes, Mono Azul editora)