Trato de volver al área
donde se aloja
la rosa triste de la memoria.
Soplo sobre cenizas. Ya no existen
mi casa ni mis amigos.
Hernor Rivera
La ciudad creció
sobre los fantasmas de mi memoria.
Ya no están las espigas de colores
a la orilla del camino de tierra.
Tampoco está el camino.
Ni el gusano en el hombro.
Ya no está el maizal
para llegar al río.
Ni la cueva oculta del condón desechado
Sobre el jergón de hierbas.
La ciudad creció
sobre los fantasmas de mi memoria.
Sepultó en el concreto
el central de la melcocha caliente
Y la cocada de caramelo
envuelta en papel kraft.
Pero todavía se escucha
tras su apariencia de progreso
El rugir del río
El chirriar del jergón oxidado
Se siente, al pasar
El olor a melao del trapiche.
Aún tintinean las cadenas
De los fantasmas
De mi memoria
Al pasear por…
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