Tras un parón navideño que ha durado más de la cuenta para un servidor, hoy me pongo a los mandos del “Memory Card” para contaros la historia de un servidor con un juego que marco un antes y un después en mi vida. No solo fue porque jugué con este título a la tierna edad de 10 años, sino porque fue el primer juego que compre con mi propio dinero y el primer juego que no pude pasarme jamás… hasta hace poco tiempo. ¿De que juego se trata? Bueno, se trata de Max Payne, un título de Remedy, compañía finlandesa que se haría famosa también con el lanzamiento de Alan Wake, pero eso es harina de otro costal.
¿Que tiene Max Payne que me ha hecho dedicarle un artículo tocho de estos? Para mi, tiene una gran carga sentimental para mi. Si, voy a ponerme ñoño ahora. No solo fue la primera vez que me enfrente a un videojuego sin saber nada de el o sin tener ni idea de que iba la trama, sino que fue el primer juego con el que pude comprender que un videojuego no es solo pixeles y tiros, sino que se trataba del esfuerzo conjunto de una compañía por transmitirnos una historia como esta, digna del mejor guión de Hollywood.
ARGUMENTO:
La historia de Max Payne se desarrolla en Nueva York, en el año 2001, durante la peor nevada que se pueda recordar en la reciente historia de la ciudad americana. En ella, interpretamos al agente encubierto de la DEA Max Payne, padre de un hijo asesinado, marido de una mujer asesinada y que busca la redención a través del cañón de su pistola.
Gracias al recurso del “in media res”, nos encontramos al final de la aventura y, a través de un enorme flash-back, Max nos cuenta los motivos que le han llevado a acabar donde se encuentra: en el tejado de la torre, con un rifle de francotirador y escuchando como un montón de sirenas de policia se dirigen hacía el. La historia original comienza 3 años atrás, donde un amigo de Max, Alex, le pide que se una a la DEA, la organización anti-droga del gobierno estadounidense. El declina, diciendo que ahora tiene algo por lo que vivir y que no le agrada que unos mafiosos le peguen un balazo por la espalda. Al dirigirse a su hogar, encuentra todo revuelto, con un enorme grafiti en el recibidor con la forma de una V y una jeringuilla, señal de que nada bueno puede estar pasando. Tras oír ruidos en el piso de arriba, decide investigar más y descubre los cadáveres de su hijo recien nacido y a su mujer desangrándose por los balazos de un delincuente que Max había abatido tras encontrarle en su vivienda. Destrozado por el dolor, Max decide aceptar la oferta de Alex y buscar al responsable tras el ataque contra su familia. Desde entonces, Max se sumerge en el oscuro universo de la mafia neoyorquina, buscando a los responsables de dicha masacre y ponerles una bala entre las cejas.
Con una premisa tan de película de acción, se nos presenta el primer título de la trilogía Max Payne, juego que seguiría unos años después con la segunda parte, The Fall of Max Payne, juego que seguía contando las aventuras de Max en Nueva York un tiempo después del primer título y que co-protagonizó con Mona Sax, y en 2012 con el tercer y último título de la franquicia, Max Payne 3, en el que un Max ya en la etapa de los 40, trabaja en Brasil como guardaespaldas de una importante familia.
GRÁFICOS:
A la hora de hablar de los gráficos, Max Payne es un título por el que ha pasado el tiempo y de manera bestial. Un juego que salió hace ya 10 años es capaz de ser movido por casi todos los equipos actuales, incluso dos o tres copias al mismo tiempo. Pero donde radicaba la innovación de MP no era en su historia o en ser un título enteramente para mayores de 18, sino en el tiempo bala.
Si, claro. Ahora, casi todos los juegos tienen un tiempo-bala en el que tienes todo el tiempo del mundo para colocar una bala en la cabeza de tu rival. Pero Max Payne fue el primer juego en transportar este efecto tan cinemático que Matrix introdujo el año anterior en un videojuego, así como el seguimiento de las balas desde nuestro arma hasta el enemigo y ver como este era acribillado a camara lenta.
Esta mecánica se convirtió en el génesis del tiempo-bala en los videojuegos, siendo copiado hasta la saciedad por las siguientes generaciones sin que Max se lo tomara a mal y sin causar problema alguno. Como fue un título directamente para PC, Remedy se tomo la modestia también de incluir un editor de niveles para que creáramos los niveles que quisiéramos. Ademas, gracias a la imaginación de los usuarios, muchos mods salieron para este juego, como puede ser el Kung Fu Mod, que se hizo famoso con el tiempo.
JUGABILIDAD:
En Max Payne, nos encontramos ante un shooter con la cámara por encima del protagonista y con los controles de toda la vida: WSAD para el movimiento, Ctrl y Espaceador para agacharse y saltar, Tabulador para el tiempo-bala y el ratón como nuestro arma, con la ruleta para cambiar de armas en el momento que queramos pistolas, metralletas, armas de gran calibre, granadas y cócteles molotov, lanzagranadas o una tubería de plomo, por si queremos ensuciarnos las manos, forman el arsenal de este juego.
Controles típicos pero fluidos e intuitivos, que hacen de Max Payne un título fácil de jugar, con un tutorial y todo para comprobar los mecanismos que rodean al juego. Si bien, con algunos equipos nuevos, puede haber algunos problemas de compatibilidad o de lag, pero esto es en contadas ocasiones y pueden ser solucionado. Recientemente, Max Payne dio el paso a las plataformas portatiles Android con una versión compatible y que ha sido revisada para que los usuarios de una tablet puedan rememorar los buenos tiempos de este título.
SONIDO:
Tanto Max Payne como Max Payne 2 tienen los mismos compositores, Kärtsy Hatakka y Kimmo Kajasto, de origen finlandés y cuya banda sonora se ha convertido en una de las señas más notables. No hace mucho tiempo, os ofrecíamos un Códec con el tema principal de Max Payne y que, para muchos, es considerado la seña de identidad de la saga.
Una banda sonora lángida y melancólica con momentos que nos ponían los pelos de punta, como en las “alucinaciones” que Max sufre en un determinado punto del juego, hacen que para algunos de los más viejos del lugar, la BSO de este juego sea de lo mejor que han escuchado. También, hay que destacar el doblaje de este título, enteramente doblado al castellano y con un nivel que muchos juegos ya quisieran en aquel lejano 2001: desde Max hasta los típicos matones que nos encontremos hasta programas de radio y de televisión, que nos hará sentirnos más involucrados en la historia de venganza que lleva a cabo Max. Como no podía ser de otra manera, Max Payne también tiene momentos cómicos relacionados con la música; gracias al excelente doblaje. inauguro el famoso “Gag del Piano”, propio de la saga y que os explicamos en el ya citado Codec de Agosto.
En las ultimas fases del juego, entraremos en una mansión en la que encontraremos un piano.Si nos acercamos a el, Max tocará el tema principal de la banda sonora, así como que Max nos de las gracias por disparar a un altavoz en un ascensor o las telenovelas que escucharemos en algunos televisores. Gags sonoros que nos aseguran seguir bastante tiempo enganchados al teclado.
CONCLUSIÓN:
Si no pudisteis jugar a esta obra maestra del game-noir, que mezcla lo mejor de una película de acción con un guión basado en la busqueda de venganza de un hombre contra un ejercito de mafiosos, podéis hacerlo hoy, ya que esta a la venta en la mayoría de sistemas on-line de consolas de sobremesa, tanto en PSN como en Xbox Live y en Steam, hasta podéis jugarlo en tablets, como ya os hemos dicho ahí arriba.