¿Quién no ha tenido nunca tanta hambre que se ha sentido capaz de dejar sin existencias un buffet libre o de dejar en evidencia en un concurso de comida a un fornido camionero norteamericano? El protagonista de nuestra historia si, y a todas horas, ya que el hambre es lo único que lo hace abandonar la cama.
Hablamos de Prehistorik, la historia de un neandertal que recorrerá prados, cuevas y bosques en busca de toneladas de comida. Armado con una maza no se lo pensará dos veces antes de asistirle un buen par de golpes a dinosaurios, osos, murciélagos y cualquier criatura que le pueda proveer de alimento.
Prehistorik vino de la mano de la compañía Titus Interactive en 1991, compañía que a la postre lanzaría un par de años más tarde la secuela de nuestro hambriento amigo, la cual gozó de más fama que su predecesor. También son los responsables de vídeojuegos como Dick Tracy o Carmageddon 64.
Jugabilidad
El juego consiste tan sólo de 7 fases, pero no es nada fácil completar el juego ya que en cada una de ellas se va complicando la dificultad, además de tener que derrotar a un jefe entre cada una de estas fases. Mientras que nuestro poder siempre sería el mismo, salvo en el caso de que consigamos contactar con algunos de los dioses de cada fase, los cuales nos podían otorgar desde vidas extras hasta mejoras en nuestro armamento temporalmente, hasta que nos quitasen una de nuestras vidas.
Música
En su aspecto sonoro reside también parte de la magia de Prehistorik. Simple pero eficaz, como el videojuego en sí.
No estamos ante una obra maestra equiparable al mejor trabajo de Nobuo Uematsu o Yoko Shimomura, pero sus acordes, que recuerdan a otro grande del género como Spyro the Dragon nos termina de sacar esa sonrisa que nos produce aporrear dinosarios.
Veredicto
Pese a tratarse de un juego muy simple, es posible que ahí resida parte de su grandeza, ya que la complejidad del vídeojuego de conseguir pasar cada fase, sin morir en el intento, se convertirá en una ardua tarea que hará que intentemos superarnos a nosotros mismos una y otra vez.
Aunque no está al nivel de otros plataformas, Prehistorik es un icono para toda una generación que tanto disfrutó de otros títulos de la época como Prince of Persia. Un juego más que recomendable con el que aprovechar esas horas muertas del día sin tener que dedicarle ningún gran esfuerzo físico o mental.