[Memory Card] Tom & Jerry (and Tuffy)

Publicado el 22 julio 2013 por Despiram @FrikArteWeb

[Memory Card] Tom & Jerry (and Tuffy)


Salvador Belizón Campaña 22 julio, 2013 0
  • Argumento
  • Jugabilidad
  • Música
  • Originalidad

Hubo una época en la que se hacían adaptaciones de series y películas, pasados a videojuegos, y para colmo…¡tenían calidad! Aunque hoy día es realmente raro ver una serie de animación adaptado a un videojuego que sobrepase esa invisible barrera de lo mediocre – hablamos claramente de ejemplos de la talla de Bob Esponja, Dora o el mejorable Hora de Aventuras para las portátiles de Nintendo- , antaño no era para nada algo extravagante. Tenemos ejemplos tan sonados como el próximamente remasterizado DuckTales, Tiny Toons y otros tantos que bañaron las consolas de 8 bits – e incluso 16 -. De esta época hay que destacar una joyita que no ha pasado a los anales de los videojuegos, pero que para aquel amante de la animación y de los videojuegos era un espectáculo digno de ver. Máxime si eras un renacuajo de medio metro como el aquí un servidor. Hablamos, como no podía ser de otro modo, de las aventuras “videojueguiles” de Tom & Jerry (y Tuffy, en España más conocido como Nibbles).

¿En qué consistía esta entrega virtual de las trastadas del gato y el ratón más famosos de Hanna Barbera? Pues al parecer, el travieso y malévolo Tom, tenía cautivo al pequeño y grisáceo “sobrino” de Jerry, Tuffy (quienes hayan visto los cortos recordarán que fue “cedido” en el portal de su ratonera), en el ático de la casa. Nuestro amigo no puede permitir que su ahijado sufra a manos del felino, por lo que raudo y veloz se dispone a atravesar las distintas estancias de la casa hasta llegar a la zona superior del hogar y frustrar, una vez más, a su enemigo. No había giros argumentales, traiciones ni apariciones estelares, pero hablamos de la época de la Nintendo Entertainment System, donde pocos juegos gozaban de un mínimo de historia, por lo que el rescate de Tuffy era del todo algo que había que agradecer. De un modo u otro, ¿piensas ayudar a Jerry? ¡Claro que sí, vamos allá!

JUGABILIDAD

Con diferencia, la mayor y mejor baza del juego. Jerry es un personaje ágil pero controlable, que contaba con cierto arsenal variado para cada ocasión y que saltaba en la medida en la que se lo mandabas. Ni más ni menos. No se trataba de un plataforma injusto como algunas fases de los Sonic the Hedgehog de las portátiles actuales, donde el personaje avanza solo sin que se le ordene ningún comando.

Jugar con una NES a que Jerry juega sobre una NES…El metajuego hecho imagen

La dificultad se ajustaba a una jugabilidad tan precisa y rica. Desde los comienzos ya apunta maneras y casi desde el primer mundo se deshechaba a los jugadores menos hábiles en los plataformas. Una dificultad añadida y que hacía que hubiera que tomarse el juego más tranquilo de lo que se quisiera, es que los creadores de este cartucho, Hi Tech Expressions, no se han olvidado de que el personaje que manejamos es, a fin de cuentas, un ratón: si se precipita desde una altura considerable, el roedor pierde una vida. Así, los objetos están adecuados a una escala relativamente real, por lo que se ha de escalar vasos, cajones y aparatos tan variados como a la mismísima NES

Los diversos “mundos” (sótano, salón, especial atención a la divertida cocina) hacen que la forma de jugar aun siendo la misma, pueda parecer diferente, algo que influye a la jugabilidad y al atractivo del título en general.

Además de esto, había que ir recopilando las porciones de queso repartidas a lo largo y ancho de cada fase que otorgaban vidas extra, así como los pedacitos pequeños que haría las veces de monedas de Mario. Un guiño interesante al fontanero son las pantallas extras ocultas, a las cuales se podía acceder boquete en la pared mediante, algo así como cierta cañería verde…

MÚSICA y FX

Si en algún punto este juego cojea notoriamente, es precisamente en la música. Cuenta con cinco temas en total, que si le restamos el tono de pase de fase, y los títulos iniciales/créditos, a la hora de la verdad se reducen a dos. Sí, dos canciones para todo el juego es algo pobre. Incluso Super Mario Bros., bastante más antiguo que éste, contaba con alguna fanfarria extra en comparación. A su favor, decir que los temas son anímicos y simpáticos, haciendo las veces de acompañamiento musical idóneo para las situaciones que Jerry está pasando. El valor añadido lo pone la semejanza que trae al respecto de los temas que suenan en los cortos – salvando las diferencias, la serie clásica cuenta con unas composiciones magníficas-, que ayudan al jugador a retrotraerse a su infancia frente la caja tonta.

Los efectos sonoros, más de los mismo, aunque quizás menos escandaloso. Hay pocos efectos, pero más que canciones (cabía esperarse) y ciertamente van a juego con cada situación. Las burbujas que desprende nuestro amigo destilan un sonido particular pero creíble, los objetos cayendo también… Estamos sin duda ante el apartado más descuidado del juego -el hecho de que la sobremesa fuera una limitada NES, ayuda- pero que sin embargo también tiene cierto jugo aprovechable.

Aquí tenéis un par de ejemplos ilustrativos. Por un lado el “main theme” de la serie adaptado. En segundo lugar, podéis escuchar una de las melodías de los niveles de este atrapante juego.

ORIGINALIDAD

A nivel argumentativo, prácticamente nula. Toma las bases de los grandes plataformas de la época, en los cuales siempre había alguien en apuros y así se le concibe forma a esta entrega consolera. No obstante, la originalidad radica en su nivelado: los enemigos, la forma de representar los objetos en consonancia con el cuerpo de Jerry, así como la idea de que pase por casi todas las habitaciones de una casa y adaptarlas al punto de vista de un ratón. Alcantarillado incluido.

Menuda cara de maldad tienes Tom. Relájate tirando canicas al estanque.

En casi ningún juego se ven elementos cuya única función sean obstaculizar el salto de un lado a otro del personaje. En la inmensa mayoría de los casos, los enemigos están para poner difíciles las cosas y aniquilarte, pero no todos los seres – inertes o vivos- están ahí para sesgar a nuestro marrón amigo. Algunos simplemente aparecen para enervar al jugador: mosquitos, hojas de árbol, gotas de agua, hacían que al tomar contacto con Jerry no le restara vida…pero sí que hacía que éste retrocediera y no lograra alcanzar con éxito la propulsión deseada. La marca de la casa se palpa en mayor o menor medida en cada nivel, llegando a su climax en los combates de “jefe final” – eso que ya suena a carca total-  donde Tom nos ponía las cosas difíciles y nos intentaba hacer la puñeta tal y como lo intentara en la serie de animación. Es aquí donde radica su originalidad: en conseguir traspasar el espíritu de su lugar de procedencia a la NES, aunque como juego de plataformas no ofrezca tanta innovación como trajeran consigo otros títulos grandes del género.

VEREDICTO

Tom & Jerry (and Tuffy) es un gran título de plataformas que el tiempo ha ido silenciando, bien por su antiguedad, bien porque no pudo competir con los dos grandes del género que estaban en pleno auge por aquel entonces: Super Mario Bros. y Sonic the Hedgehog. Pese a todo, el cartucho ofrece una tarde llena de entretenimiento, con múltiples herramientas para acabar con tus enemigos (todo un logro para la época), unos gráficos bastante aceptables  y un aire a “corto de animación” notable.

Flaquea claramente en su apartado sonoro, así como en algún punto concreto de ciertos niveles, donde la dificultad pega un pico considerable e injusto a veces, pero su ambientación y lo atractivo de su mecánica hacen que se salven las fallas anteriores y se anteponga lo que antaño era lo único que importaba en los videojuegos: la diversión.

Se respira un claro estilo a inicios de los 90 en esta portada. Menuda lección de Historia.

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