En Memphis Beat Jason Lee interpreta a Dwight Hendricks, un detective del departamento de policía, gran amante de Elvis y cantante por las noches en un local de la ciudad donde interpreta canciones de El Rey. Dwight es un hombre de principios, un sureño de pies a cabeza que basa su vida en la lealtad a sus amigos, el amor a su madre, el respeto a los demás y la justicia. Su compañero White, es un tipo mayor, bastante huraño. Su nueva jefa está interpretada por Alfre Woodard, una mujer dura que sabe que en un mundo de hombres tiene que hacer valer su autoridad. Tengo que decir que los personajes de esta serie no me dicen nada ni me interesan salvo Dwight. Además todo orbitan alrededor de este detective-cantante y su forma de interactuar me resulta muy forzada, poco natural. A pesar de que no llegué a empatizar con la historia ni con los personajes seguí viendo la serie. Este verano ha sido un poco raro para mi, seriéfilamente hablando. Lo único que me gustaba de los capítulos eran los momentos musicales, aunque debo deciros que no es Jason Lee el que canta, cosa que me molestó un poco. Y así poco a poco, semana a semana terminé de ver la primera temporada de esta producción del canal TNT. Estamos ante un procedimental, aderezado con buena música, muy interesado en la historia musical y social de Memphis. La ciudad es un personaje más y siempre hay referencias a los grandes nombres de la música que han tocado y tocan en esta calurosa y húmeda ciudad. Esto es un punto a su favor porque se nota un gran respeto y amor por la ciudad y su influencia musical. Como curiosidades deciros que al estar ambientada en Memphis la serie suele mostrar lugares míticos relacionados con Elvis. Cada capítulo se titula como una canción de El Rey … creo que ya ha quedado claro que la presencia de Elvis es una constante. Los casos son de lo más normalito, nada estridente, nada a destacar. No tenemos una subtrama serializada, por ahora, parece que en la ya confirmada segunda temporada podrían seguir con la idea del padre corrupto, cosa que le daría un plus a la serie. Personalmente no recomendaría esta serie a nadie, salvo a fanáticos de Elvis o de Jason Lee. No creo que siga con ella la próxima temporada porque prefiero invertir mi tiempo en cosas que me satisfagan más.
En Memphis Beat Jason Lee interpreta a Dwight Hendricks, un detective del departamento de policía, gran amante de Elvis y cantante por las noches en un local de la ciudad donde interpreta canciones de El Rey. Dwight es un hombre de principios, un sureño de pies a cabeza que basa su vida en la lealtad a sus amigos, el amor a su madre, el respeto a los demás y la justicia. Su compañero White, es un tipo mayor, bastante huraño. Su nueva jefa está interpretada por Alfre Woodard, una mujer dura que sabe que en un mundo de hombres tiene que hacer valer su autoridad. Tengo que decir que los personajes de esta serie no me dicen nada ni me interesan salvo Dwight. Además todo orbitan alrededor de este detective-cantante y su forma de interactuar me resulta muy forzada, poco natural. A pesar de que no llegué a empatizar con la historia ni con los personajes seguí viendo la serie. Este verano ha sido un poco raro para mi, seriéfilamente hablando. Lo único que me gustaba de los capítulos eran los momentos musicales, aunque debo deciros que no es Jason Lee el que canta, cosa que me molestó un poco. Y así poco a poco, semana a semana terminé de ver la primera temporada de esta producción del canal TNT. Estamos ante un procedimental, aderezado con buena música, muy interesado en la historia musical y social de Memphis. La ciudad es un personaje más y siempre hay referencias a los grandes nombres de la música que han tocado y tocan en esta calurosa y húmeda ciudad. Esto es un punto a su favor porque se nota un gran respeto y amor por la ciudad y su influencia musical. Como curiosidades deciros que al estar ambientada en Memphis la serie suele mostrar lugares míticos relacionados con Elvis. Cada capítulo se titula como una canción de El Rey … creo que ya ha quedado claro que la presencia de Elvis es una constante. Los casos son de lo más normalito, nada estridente, nada a destacar. No tenemos una subtrama serializada, por ahora, parece que en la ya confirmada segunda temporada podrían seguir con la idea del padre corrupto, cosa que le daría un plus a la serie. Personalmente no recomendaría esta serie a nadie, salvo a fanáticos de Elvis o de Jason Lee. No creo que siga con ella la próxima temporada porque prefiero invertir mi tiempo en cosas que me satisfagan más.