«El info-entertainment tiene serios inconvenientes; el principal que no es información. Quienes lo practican terminan por no saber dónde está el límite, qué es noticia, qué espectáculo y qué bazofia y entre tanto laberinto y retorcimiento de los nortes, modales y principios, el periodista acaba por perder también el sentido ético de las cosas y sin él esta profesión resulta una impostura. Cada palabra, cada imagen, cada coma debe ser una barricada contra la deshonestidad. La televisión, inventora de este subgénero en EEUU y extendido después a todas las cadenas y países, acumula miles de ejemplos más o menos deplorables. Este de Cuatro es, desde luego, uno de ellos. Un mendigo no es una decoración urbana, como un banco de madera o una farola, con el que se pueda jugar a montar un buen decorado y un info-espectáculo. Un mendigo es una persona que siente y padece y que por razones varias, que siquiera llaman la atención del periodista, ha sido descabalgado de la sociedad y arrojado a una esquina»...
[+] En la boca del lobo
• El Mundo.es :: El mendigo de Lama: 'Me siento herido, estoy realmente molesto'
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