Voy a reproducir en este blog el primer párrafo de mi contribución al número 790 (octubre de 2012) de la revista Ínsula: "La Tradición clásica constituye hoy día una de las disciplinas que goza de mayor auge en el campo de los Estudios clásicos. No obstante, su éxito a menudo conlleva cierta laxitud a la hora de definir tanto sus objetivos como sus límites epistemológicos. Parece, al igual que ocurre con otras disciplinas, como la Historia de la literatura latina o la española, que siempre ha estado ahí presente, cuando en realidad su formulación obedece a razones modernas. De hecho, puede parecer, cuando menos, curioso, que nadie haya utilizado la etiqueta “Tradición clásica” hasta bien entrada la segunda mitad del siglo XIX. Esto no quiere decir que la Tradición clásica no haya existido antes, pero no ha ocurrido lo mismo con su formalización como estudio académico e incluso su conceptualización frente a otras formas de tradición alternativas a la herencia del mundo grecolatino. Si su formulación como concepto es moderna, no menos modernos son los métodos de su estudio, en particular el positivismo y el historicismo. Éstos se basan, sobre todo, en la ponderación preferente de los datos como tales, por delante, por ejemplo, de las relaciones que esos datos pudieran guardar entre sí. Este método, en el caso del estudio literario, se conoce como “A en B”, que en términos concretos responde a una de las obras que en España inauguraron los propios estudios de Tradición clásica: Horacio en España, de Marcelino Menéndez Pelayo (Ruiz Casanova, 2007). De esta forma, el autor antiguo, en este caso el poeta Horacio, se estudia dentro de una nueva realidad histórica, España y su literatura, estableciendo una relación de único sentido entre el punto de partida y el de llegada, de acuerdo con el estudio de las fuentes. El tiempo fue dando lugar a nuevos métodos e incluso a expresiones alternativas para hablar acerca de la tradición, como “recepción”, que hacen más hincapié en quien lee la obra que en quien la escribe." FRANCISCO GARCÍA JURADO
Menéndez Pelayo y los estudios de tradición clásica en España
Publicado el 06 octubre 2012 por FranciscogarciajuradoVoy a reproducir en este blog el primer párrafo de mi contribución al número 790 (octubre de 2012) de la revista Ínsula: "La Tradición clásica constituye hoy día una de las disciplinas que goza de mayor auge en el campo de los Estudios clásicos. No obstante, su éxito a menudo conlleva cierta laxitud a la hora de definir tanto sus objetivos como sus límites epistemológicos. Parece, al igual que ocurre con otras disciplinas, como la Historia de la literatura latina o la española, que siempre ha estado ahí presente, cuando en realidad su formulación obedece a razones modernas. De hecho, puede parecer, cuando menos, curioso, que nadie haya utilizado la etiqueta “Tradición clásica” hasta bien entrada la segunda mitad del siglo XIX. Esto no quiere decir que la Tradición clásica no haya existido antes, pero no ha ocurrido lo mismo con su formalización como estudio académico e incluso su conceptualización frente a otras formas de tradición alternativas a la herencia del mundo grecolatino. Si su formulación como concepto es moderna, no menos modernos son los métodos de su estudio, en particular el positivismo y el historicismo. Éstos se basan, sobre todo, en la ponderación preferente de los datos como tales, por delante, por ejemplo, de las relaciones que esos datos pudieran guardar entre sí. Este método, en el caso del estudio literario, se conoce como “A en B”, que en términos concretos responde a una de las obras que en España inauguraron los propios estudios de Tradición clásica: Horacio en España, de Marcelino Menéndez Pelayo (Ruiz Casanova, 2007). De esta forma, el autor antiguo, en este caso el poeta Horacio, se estudia dentro de una nueva realidad histórica, España y su literatura, estableciendo una relación de único sentido entre el punto de partida y el de llegada, de acuerdo con el estudio de las fuentes. El tiempo fue dando lugar a nuevos métodos e incluso a expresiones alternativas para hablar acerca de la tradición, como “recepción”, que hacen más hincapié en quien lee la obra que en quien la escribe." FRANCISCO GARCÍA JURADO