Mensaje en una botella

Por 1maternidad_diferente

Dibujos y mensajes de Darío, Diana, Mamá y Papá
para Pequeña Flor y para Santi.
Os llevamos siempre en el corazón.

Y aquí ando yo pensando qué decirte. Qué mensaje mandarte en ese globo viajero, cuando casi cada día hablo contigo desde mi mente y mi corazón, para decirte todo lo que te quiero, todo lo que te echo de menos y todo lo que me gustaría que estuvieras conmigo, con tu padre y tus hermanos, sintiendo, como la que más, al bebeíto que ahora ocupa ese lugar en el que tu estuviste hace tan poco y tanto tiempo a la vez.
¿Que te quiero mucho? Eso ya lo sabes. ¿Que te echo a faltar con cada poro de mi piel? También. ¿Algo bonito para tener una foto de recuerdo, un pequeño altar que dedicarte entre las instantáneas de tus hermanos que puebla nuestro salón? Quizás.
Te haría un dibujo, pero el artista de la familia es papá y mis garabatos no podrían reflejar todo lo que siento. Te escribiría un poema si no me sintiera torpe manejando rimas y contando sílabas cuando yo lo que quiero hablar es del amor más puro y sincero y de la tristeza más profunda y desoladora, todo mezclado en una píldora que tengo que hacer pasar cada día. Te cantaría una canción si no estuviera segura de que te iba a espantar el sonido a coro de gatos desafinados, yo siempre he sido buena con las nanas en el tú a tú, cuando os acuno en mis brazos y os canto en susurros íntimos.
¿Qué se le da a un bebé que ya no está? A un bebé que será eterno bebé, porque no le podremos ver crecer y caminar. Te di mi cuerpo y cada día entiendo que ese fue el mejor regalo que te pude hacer y una de las mejores decisiones que he podido tomar nunca. Y tengo ganas de congelar eternamente esos momentos de comunión íntima en los que no te sentía en mi vientre, sino mucho más arriba, en mi corazón y en mi mente. Congelarlos y danzar contigo en esos instantes de felicidad suspendida, sin pensar en todo lo que pudo haber sido, en tu pequeño cuerpecito lleno de potencialidades traicioneras.
Quizás el mensaje no deba ser par ti, sino para mí. Un mensaje de despedida, quizás el permitirte echar a volar a esa estrella lejana que te regalaron, para que la habites con forma de principito o de pequeña flor. Un mensaje para evitar sentir que te empujo fuera de mí con esta nueva vida que florece en mi interior. Un mensaje para perdonarme por fin la experiencia que pasé, que pasamos, durante el parto y dejar de cuestionarme los y sis y los por qués... Pero no, sigo pensando que tú, más que nunca, debes ser la protagonista de ese pequeño homenaje.