Mente colectiva, otra burbuja

Publicado el 11 julio 2011 por Cronicasbarbaras

Días atrás, cuando Zapatero acusó al PP en el Parlamento de haber iniciado la peste del ladrillo, la burbuja inmobiliaria, Rajoy ni siquiera supo reaccionar.

Sin embargo, otra burbuja, una burbuja de mentes conectadas por internet, que forman una mente colectiva, se puso a trabajar para ayudarle.

Porque no todas las burbujas son iguales. No es lo mismo la inmobiliaria que la del conocimiento, como Wikipedia, que millones de seres de todo el mundo agrandan incansables con su saber y control de fiabilidad.

En un foro de una de las mentes colectivas españolas, “Burbuja econónica”, miles de personas comenzaron a aportarle datos y conocimientos.

Y revivieron el entusiasmo de Zapatero con el que manejó esa “herencia envenenada”, como dice ahora, pero que le permitió proclamar en 2007 que había llevado el país a la “Champions League” de la economía mundial.

Porque la economía, y casi hasta 2008, crecía y crecía como pompa de jabón. “Hemos superado a Italia, pronto a Francia, y en pocos años pasaremos a Alemania”.

Rara vez los periodistas, y menos los políticos, estudian a fondo las contradicciones de los viejos discursos gubernamentales: es muy molesto para una sola persona o para un pequeño equipo.

Pero los foreros de “Burbuja económica” lo hicieron y sacaron el triunfalismo de la gente de Z. por a la herencia inmobiliaria recibida.

Estaba tan contento con ella, que volvió a crear el Ministerio de la Vivienda, producto típico del franquismo, desaparecido en democracia.

Con tres ministras, María Antonia Trujillo, que en junio de 2004 llamaba irresponsables a quienes alertaban sobre la burbuja, Carme Chacón, que se irritaba en 2007 si se nombraba ese peligro, y Beatriz Corredor, que en 2008 invitaba a invertir alegremente en el ladrillo.

La burbuja mental colectiva de los ciudadanos es una gigantesca máquina de recordar a través de internet.

Lo que olvidan políticos y periodistas, lo recuerda ella.

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Por sí sólo SALAS tiene una mente más que colectiva. Ve cómo el Hombre del Futuro se ha subido al último transbordador espacial,

pero un día después monta otro vehículo.

Mientras, veamos un euro: