Así es como de ser una pequeña mentirosa me he convertido en una gran experta del engaño y no hago más que escapar de la realidad. Como resultado, mis pecados provinciales se convierten en pecados capitales y de Madrid nadie puede escapar. Menos mal que la realidad tiene más imaginación que yo, es ingeniosa y astuta, solo ella consigue destapar mis falacias y autoengaños.La realidad me obliga a decirme “Tú no eres así, no eres embustera ni farsante. Tú vas con la verdad por delante”
Y lo siento, pero otra vez, vuelvo a mentir.Eline Sophie Wubbolts