Artur Mas ha mentido públicamente ante centenares de los principales empresarios españoles, pero todos han callado a pesar de conocer perfectamente la verdad. Son cobardes, o estúpidos, o ya lo dan por muerto y ni siquiera se molestan en contradecirlo
Acaba de ocurrir en Barcelona y seguramente usted lo recuerda por verlo en las televisiones que recogieron lo principal de su discurso ante el Foro Empresarial sobre Marcas Renombradas Españolas.
Sepan ustedes, dijo, que Cataluña fue la Comunidad que más inversión extranjera recibió en 2013. Demostración de nuestra pujanza, atractivo y garantía de futuro.
Ese es, al margen de las apelaciones al sentimentalismo, el argumento principal del independentismo: no necesitamos España para nada. Nos sobra.
Pero, aparte de que el 60 por ciento de lo que produce lo consume el resto del país, Cataluña no fue la región que más fondos extranjeros recibió en 2013, sino la número dos, con tan sólo 3.511 millones de euros de los 15.398 llegados aquí.
Los datos habían sido facilitados un mes antes por la secretaría de Estado de Comercio, y en ellos aparecía Madrid como número uno, con 8.635 millones, siguiendo una tendencia creciente desde que eclosionó el independentismo catalán.
Pero lo importante ahora no son las cifras, sino su falseamiento. Porque el sistema nacionalista se basa en mentiras tan obvias y constantes como esta, aplicadas a todos los aspectos de la vida.
Ya no es que Colón, Cervantes o Teresa de Ávila fueran catalanes y que Castilla censurara su origen y escritos en catalán, es que la guerra de sucesión de 1714 se hizo contra Cataluña con banderas españolas que no había entonces, y que Franco, que machacó media España, fue sólo contra esa heredera de la corona Catalana que nunca existió.
Hay hambrientos que se sienten saciados cuando alguien los convence de que han comido mucho: los nacionalistas.
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SALAS