Es mentira lo que dice el ministro español de Exteriores. Milei no ha atacado a España, como afirma. Sólo ha llamado corrupta a la mujer de Sánchez, que ha sido denunciada ante la Justicia por casos de corrupción.. Tampoco hubo ataque a la soberanía de España. Hace días, un ministro de Sánchez llamó drogadicto al presidente argentino y Argentina demostró mesura, sin llamar a su embajador ni abrir conflicto diplomático.
Pero el sanchismo es capaz de todo y su ansia de poder es peligrosa y temeraria. Han abierto una crisis con Argentina porque le conviene a Sánchez, sin que Milei haya ofendido a España o a su soberanía. Como es habitual en el sanchismo, la crisis nace jalonada de mentiras, exageraciones y trucos
Las víctimas de esta crisis, si no se frena y corrige con urgencia, serán muchas: España, Argentina, las empresas españolas radicadas allí y las relaciones con toda la comunidad iberoamericana.
Sánchez le pide a Milei que rectifique y pida disculpas, pero ¿quien ha rectificado o pedido disculpas en España cuando el ministro Oscar Puente llamó drogadicto a Milei?
Desproporción, teatro, mentiras y engaños protagonizados por gente irresponsable y enfermiza por su desmedida afición al poder.
Sánchez, en realidad, se siente feliz porque Milei le ha proporcionado el argumento que necesitaba para enardecer a la izquierda, movilizarla e impedir así la derrota que se esperaba en las elecciones europeas del 9 de junio.
Todo vale para el sanchismo con tal de conservar el poder.
La sobreactuación española es frívola, está cargada de irresponsabilidad y puede costar caro a los dos países, pero Sánchez, gracias a ese incidente, podrá exaltar y llenar de odio a sus huestes, que es su objetivo primordial.
Francisco Rubiales