Mercadillos y Mercados de Sevilla

Por Antonio Bejarano Dominguez Antoniocamel @antoniocamel
Mercadillos

Sevilla es una ciudad con multitud de opciones para las compras, desde comercios tradicionales, hasta centros comerciales  o grandes almacenes. Pero es en los distintos mercadillos repartidos por la ciudad en los que se disfruta de una experiencia diferente y podemos encontrar artículos difíciles de hallar en otros lugares. Sellos, monedas de la época romana, bisutería e incluso obras de arte, todo cabe en estos espacios.

Mercadillo el Jueves:

El verdadero rastro de Sevilla es el Jueves, un mercado con historia y muchos años de antigüedad. Tiene el nombre del día de la semana en que se celebra. Se instala en el lugar tradicional, la calle Feria. Tuvo épocas mejores. Si llegamos entrando por la Encarnación, el ambiente bullicioso por los alrededores de hace años ya no se nota. Y luego, comenzando la calle Feria, nos encontramos puestos en el suelo en que se vende todo tipo de objetos, también algunos libros, aunque con aspecto de proceder de contenedores. Más adelante, en la plaza, donde están los anticuarios, la cosa se arregla un poco. Hay también dos mesas de libreros: una en la puerta de una librería que está en pleno Jueves y que se puede visitar. Todo libro usado y de segunda mano, nada de libro antiguo. Como ocurre en otros rastros, hay que ir temprano y revisar todos los puestos por si surge la sorpresa. Mercadillo de la Alfalfa:
El Mercado de la Alfalfa fue un mercado de compra-venta de animales, que se encontraba situado en pleno corazón de Sevilla, España. Situado en la plaza de su mismo nombre (plaza de la Alfalfa). Cada domingo (sólo en horario de mañana) surgía como el ave Fénix de las cenizas (lo que pasa con todos los mercados ambulantes, son fugaces) para goce y satisfacción de conocedores de su existencia y foráneos que “algo habían oído hablar”, y más que nada de niños, que siempre son los mejores amigos de estos seres vivos.
En época árabe era la Alcaicer. Durante la Reconquista se utilizó como depósito de alimento de animales (alfalfa), por lo que fue rebautizada con el nombre que actualmente se le conoce, plaza de la Alfalfa. En 1410 se implanta un mercado de caza donde se exponía para la venta los productos de las frecuentes partidas de caza que se organizaban en la periferia y alrededores de la ciudad, se comerciaba con todo tipo de animales de granja y alguna pieza mayor (codorniz, perdiz, conejo, jabalí, venado...), debido a esta mercadería empezaron a llamarla como plaza de la Caza, conociéndose así hasta mediados del siglo XV que pasó a denominarse plaza de Ensaladeros por ubicarse en el mismo lugar un mercado de verduras.

Llegado el siglo XVI se utilizó como almacén de la carne que llegaba a Sevilla, convirtiéndose en la Carnicería Mayor de la Ciudad desde donde se repartía a los vendedores que la suministraban a los ciudadanos, hasta el año 1815 que a la venta de carne se le añadió la de verduras, cereales y otros productos alimenticios, comenzó a conocerse como plaza del Boquete. Al ocupar el gremio de esparteros una parte de la plaza, se le calificó la Espartería de la Alfalfa. Por motivos de la realeza y en honor al hijo de doña Isabel II, desde el 1852 se le pone por un brevísimo espacio de tiempo el nombre de plaza del Infante Don Fernando. Con la caída de la monarquía se llamó plaza de Mendizábal, siendo sustituido en 1937 por el de General Mola.
A pesar de las denominaciones por las que ha pasado, siempre ha sido conocida por el único nombre de plaza de la Alfalfa por los autóctonos, ese es el motivo que mueve al Ayuntamiento a titularla con ese nombre tan tradicional.
Estaba dedicado básicamente a la venta de mascotas y accesorios durante la mañana de los domingos. Se ubicó desde mediados del siglo XIX, exactamente desde el año 1852, en la plaza de la Alfalfa, por mandato del Ayuntamiento autorizando su establecimiento y regulando la venta de pájaros en dicha plaza, ante el peligro que suponía el paso del “puente de tablas” para acceder al barrio de Triana donde cada domingo se organizaba la venta de aves de corral y de pájaros canores (jilgueros, canarios, palomas y otros exóticos) con la condición de que siempre fueran animales vivos. Tuvo una gran acogida por los sevillanos de la época, vendedores de los barrios más castizos de la ciudad, Triana y Macarena, acudían a negociar con sus animales, pasado el tiempo y habiéndose corrido el rumor de su existencia, también se acercaban a vender gente de los municipios periféricos de la ciudad a principios del siglo XX.
La posesión de pájaros como mascota de compañía no es costumbre sólo de mediados del siglo XIX, viene desde muy atrás, desde la época árabe, a los que les gustaba tener sus jardines a rebosar de aves para recreo y disfrute. El hábito pudo más que las conquistas históricas, llegando a las “casas de vecinos” y los “corrales” la tradición de contar con numerosas aves formando parte de las familias, algunas de las cuales solían venderlas en las calles y tabernas de la ciudad, una de éstas calles se hizo famosa por los animales que tenía, pasando a llamarse desde ese tiempo “Pajaritos” (nombre que aún persiste), allí había una taberna donde por un precio asequible se podía adquirir un buen pájaro cantor.
Está considerado el mercado más antiguo de este tipo de Europa. En sus últimos tiempos la variedad de animales que se podía encontrar era enorme, desde los animales más comunes, hasta los más exóticos, aunque también se ponían a la venta accesorios, alimento, y toda clase de utensilios para un buen mantenimiento y cuidado de las mascotas.
Mercadillo de la Alameda de Hércules:

El otro rastro de Sevilla olvidado ya el de la Alameda de Hércules, es el que se celebra los domingos en el Charco de la Pava, en lo que fueron aparcamientos de la Expo 92. Igual que en otras ciudades, el ayuntamiento ha alejado este mercado del centro, proporcionándole una superficie de cemento inutilizada en el extrarradio. Lo mismo que en los espacios de la expo de Zaragoza. Esto tiene sus ventajas y sus inconvenientes: hay mucho espacio, pero es inhóspito, sin sombras (¡en Sevilla!) y sin transporte público adecuado.  1978 fue el año en que de una forma inesperada se fueron colocando los primeros puestos ambulantes en la zona de la Alameda los domingos por la mañana. Aquellos primeros asentamientos fueron poco a poco extendiéndose por el bulevar hasta terminar por ocuparlo por completo a principios de los años 80.
 El mercadillo ambulante tuvo larga vida, pues hasta el 2002 mantuvo su cita semanal. Casi veinticinco años de existencia fueron borrados de un plumazo y los vendedores se vieron obligados, por decisión del Ayuntamiento, a tener que trasladarse provisionalmente a Torneo. De allí pasaron al Charco de la Pava, para posteriormente asentarse cerca del Estadio Olímpico.Sin embargo, durante su transcurso, el mercadillo proporcionó muchísima vida a la Alameda sevillana. Los bares de la zona hacían su negocio nada menos que en domingo, y los transeuntes podían pasear y hacerse con antiguedades o artículos de segunda mano.Abajo, escena habitual de un domingo por la mañana del año 1979, en la Alameda. Con los Hércules al fondo, el mercadillo enriquecía con su vida al bulevar alamedano, en aquellos solitarios domingos. Ya hace años que dejó de existir.


Mercadillo de Coleccionistas filatelia y numismática:
Los domingos por la mañana. En la Plaza del Cabildo (cerca de la Catedral). Compra-venta e intercambio de sellos, monedas, estampas, minerales, relojes..., pero también dulces de todos los conventos de la ciudad.
Es un rastro pequeño, con pocos vendedores, dedicado principalmente a filatelia y numismática. Tiene el mismo estilo que cualquier mercadillo filatélico español. Hay libros en algunos puestos y coleccionismo de papel, pero no mucho, todo dentro del gusto de librería anticuaria. En el marco que se da este mercadillo, le transporta a otra época, cerca de los monumentos principales de Sevilla, los Reales Alcázares, la Giralda...
Plaza del Cabildo

Mercadillo de Arte Plaza del Museo:
La Plaza del Museo, que toma su nombre por estar situada frente al Museo de Bellas Artes de Sevilla,  se llena de aficionados al dibujo y la pintura, profesionales que exponen sus obras y curiosos en busca de arte, se reúnen artistas de la escultura, pintura y del arte en general, para exponer y vender sus artículos en la plaza.

En calles aledañas como la de San Vicente, han florecido las galerías de arte al albor del gran museo sevillano, lugar muy especial referente a lo artístico.
Los domingos de 09:00 a 15:00 horas en la Plaza del Museo
Mercadillo de pintura y artesanía:
Tiene lugar todos los sábados y los domingos por la mañana de 9 a 14 horas. Pintores y artesanos exponen sus trabajos en el paseo del Arte, que tiene lugar en el Paseo de la O en Triana. 

Acceso por la calle Betis (debajo del Puente Triana) y por el Callejón de la Inquisición.
Paseo de la O.
Mercadillo de Bisutería y Abalorios:
Se celebra de jueves a sábado en la Plaza del Duque. También conocido como mercadillo de los hippies. Lugar donde puedes encontrar ropa, complementos, objetos de artesanía, cuero, bisutería y objetos de marroquinería.

Lugar muy agradable y hace que los puestos tengan un encanto especial, se sitúa en la Plaza del Duque, uno de los lugares más concurridos del centro histórico, en parte por localizarse frente al edificio de unos grandes almacenes, además de bares, donde pueden hacer una parada y tomar una tapa.
Plaza Duque de la Victoria
Mercadillo de artesanía el Postigo:
Se encuentra en un céntrico edificio, antigua lonja de abastos, alberga desde hace más de 30 años iniciativas artesanales. Presenta obras de distintos talleres Sevillanos en un espacio tipo galería, donde disfrutar los oficios artesanas y las obras contemporáneas. Se organizan exposiciones temporales siendo además un centro de encuentro y divulgación de la artesanía y sede de distintas asociaciones de artesanos de Sevilla.

Productos: Seda, joyería de Cristal, Cerámica creativa, joyería en cerámica, cerámica tradicional, encuadernación, talla ornamental de madera, zapatos y piel, diseño floral, cuero, grabados, joyería de planta y metal, cerámica cuerda seca, esmalte al fuego, bolsos, mosaicos.
C/ Arfe, s/n.
Mercadillo del charco de la Pava:

El Charco de la Pava es un rastro duro. La última vez que pasé había un campamento de rumanos adosado al rastro, ofreciendo al pie de sus tiendas las basuras recogidas en los contenedores y el espectáculo de los niños. En este rastro de los domingos predominan las cosas usadas, aunque suele haber de todo, incluido mercado de fruta. Pero se libra de los innumerables puestos de ropa (el mercado de ropa se celebra en el mismo sitio el sábado). En este batiburrillo de cosa usadas, muchas sacadas de contenedores, surgen de vez en cuando puestos con libros, siempre en el suelo. No hay libreros, a los que parece no gustarles este rastro. Pero no hay que desdeñarlo: al contrario que en el Jueves, puede haber hallazgos interesantes en lotes frescos que aparecen sin revisar. Arriba, señalado con rojo, la franja de cemento de los aparcamientos del Charco de la Pava donde se monta el rastro del domingo. A la derecha arriba el Estadio Olímpico de la Cartuja y debajo, la avda Américo Vespuccio. En Parque Alcosa se celebra un rastro o mercadillo los domingos por la mañana. El barrio Parque Alcosa está al este de la ciudad y el mercadillo tiene gran afluencia de compradores y de vendedores. Ultimamente la policía tiene problemas con los vendedores ambulantes se instalan desde fechas recientes en plena Avenida Emilio Lemos y en la calle Taiwán al estar inutilizable el emplazamiento original. Aquí se vende de todo, pero predomina la ropa , el calzado y alguna cosa más. No es fácil encontrar libros o herramientas. El problema de estos mercadillos nuevos es el aburrimiento, pues se acumulan puestos de gitanos y magrebíes vendiendo la misma ropa barata que compran en los mayoristas chinos.
Mercado Arte y Diseño en los Bermejales:

Un mercado abierto pero a la vez diferente, donde tienen cabida artesanos, pintores, personas con una habilidad para desarrollar artículos elaborados por ellos mismo y al mismo tiempo se dedica un espacio a las antigüedades.
Desde bisutería de todo tipo a los complementos más variados, la repostería más dulce y creativa a las obras de arte y antigüedades más diversas . Nuestra experiencia nos confirma que ofrecemos un valor seguro y de calidad. Destacamos la labor social, solidaria y de promoción del mercado que a su vez genera la activación de la vida del barrio en las mañanas de domingo, convirtiéndose en un lugar de encuentro agradable donde poder disfrutar con toda la familia. Los Mercados de Arte y Diseño se celebran el primer domingo en el bulevar de la Avda. de Alemania y el tercer domingo en el bulevar de la Avda. de Finlandia en horario de 11 a 15,30 convirtiéndose sin lugar a duda en una visita obligada en las mañanas del domingo sevillano.
Zoco parque María Luisa:
Se celebra todas las mañanas de los terceros domingos de cada mes salvo que llueva y se aplace al siguiente domingo. En el bello parque María Luisa, un nuevo espacio que une productos de primera línea de diferentes sectores, como moda, complementos, artesanía, decoración y gourmet.
Zoco de la Alameda de Hércules:
Elena Rodríguez García, artesana Sevillana, ha creado un mercado al aire libre artesanal. La calidad y originalidad de sus productos, lo convierten en un referente obligado entre artistas y artesanos. Pretende ofrecer calidad y productos vanguardistas de primera línea exquisitos: Complementos, detalles para regalar, alimentación creativa, decoración, cosmética y mucho más... 
Se llevará a cabo cada 1º domingo de cada mes.
Zoco Viapol Center:
Se celebra los segundos domingos de cada mes. Espacio que une productos de primera línea de diferentes sectores, como moda, complementos, artesanía, decoración y gourmet.
Avda. de Diego Martínez Barrio, 4.
Mercadillo  ecológico:
Se celebra el segundo sábado de cada mes en la Alameda de Hércules, en horario de mañana y tarde durante todo el año.
En este enlace podrás descubrir todos los mercadillos que existen en la actualidad en sevilla y su provincia.

Mercados No podíamos olvidar la importancia que para cualquier centro urbano tienen los mercados, ya que se consideran una de las actividades económicas propias de la ciudad a la vez que se convierte en parte de la actividad turística de esta.

Desde sus orígenes, Sevilla se presenta como una ciudad de gran importancia económica y con un creciente papel en el comercio internacional, por lo que además de abastecer a su población también distribuye mercancías desde y hacia mercados internacionales. Además Sevilla es una ciudad bastante extensa y poblada lo que contribuye a potenciar su abasto y a imponer un complejo sistema de mercados.

La tradición de estos mercados es bastante intensa. Principalmente existían mercados en los que se vendían prácticamente todos los artículos de primera necesidad: pan, verduras y hortalizas, pescado, vino, etc. También existían los especializados en un producto: carnicerías, pescaderías, etc. y otros que actuaban como centros redistribuidores a los pequeños comerciantes. Se fueron instalando en torno a la catedral y en dirección al río. En el siglo XIII el principal mercado de la ciudad estaba situado entre las collaciones de El Salvador y San Isidoro.

Más adelante fueron apareciendo instalaciones de abastecimiento en distintos puntos de la ciudad. El primero y más famoso (todavía en uso) es el situado en la calle feria. Fueron evolucionando pasando de ocupar lugares y calles públicas, como los del Salvador y San Isidoro a albergar ya edificios propios y específicos. Se crearon el Matadero, la carnicería principal, el mercado y el rastro. Junto a los mercados proliferaron también tabernas, bodegas, fruterías, panaderías, etc.

A finales del siglo XV se configura el mercado de la puerta del Arenal, que abastecía a la zona del río  y los muelles. Un siglo después ya estarían definidos los focos y zonas donde se situaban los principales mercados, mas tarde a causa de el crecimiento de la ciudad se fueron trasladando a las afueras.

Podemos afirmar por tanto que los orígenes  de estos mercados fueron bastante extensos y hasta el día de hoy se sufrieron importantes evoluciones y transformaciones.

La calidad y el sabor de la gastronomía sevillana empiezan en estos lugares para el disfrute de la vista y el paladar. Algunos de los más representativos y cercanos a  la zona monumental son:

Mercado del Arenal

Es el mercado central de uno de los barrios más antiguos de Sevilla, una zona que ha estado siempre ligada al puerto de la ciudad y que tuvo un papel protagonista en la época del comercio con las Indias. Se realizan cursos de cata de vinos y acoge el único puesto de productos de alimentación vegana de los mercados sevillanos.

Mercado de la Encarnación

Situado en el Espacio Metropol Parasol (Plaza de la Encarnación), es el mercado más moderno de Sevilla.

Mercado de Triana

Cuenta con una posición privilegiada, lo encontramos al final del Puente Triana (o puente de Isabel II) si accedemos desde Sevilla a este icónico barrio. Es, junto al mercado de la Encarnación, mucho más que una plaza de Abastos, pues bajo él se encuentran los restos del Castillo de San Jorge (http://www.elcastillodesanjorge.es), un espacio museístico de gran interés arqueológico y didáctico.

Mercado de la calle Feria

Pegado a la iglesia de Omium Santorum, data del siglo XVIII es uno de los más antiguos de la ciudad, con solera y buen ambiente.

Todo ello conforma una completa y variopinta oferta de posibilidades, que no es más que el fruto de la convivencia de los más diversos pueblos y del desarrollo mercantil que Sevilla ha ido experimentando con el paso de los años. Dicha variedad de culturas que ha conocido nuestra ciudad desde sus inicios, ha ido forjando la multiplicidad de la más larga tradición comercial, especialmente caracterizada por su estilo y personalidad propias.

Fuentes: http://www.visitasevilla.es/https://yocoleccionista.wordpress.comhttp://www.sevilladesaparecida.com/https://es.wikipedia.org

SMYL©2015

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