Merendero La Casería: Bien pero flojo

Por Totxi

Hoy nos vamos de merendero a la zona de Bernueces en Gijón, concretamente a La Casería, situado junto a la iglesia de Castiello en Camino de la Cuestona 753.

Es una finca bastante grande, con un enorme prao para correr los críos, con algo e cuenta, pero sin peligro. Tienen una cama elástica, cosa que odio profundamente, ya que en la mitad de los sitios no se respeta ni las normas de utilización, y su mantenimiento es bastante deficiente. Hasta que un día no ocurra una desgracia nadie tomara medidas seguramente. Además, tiene una parte frontal con varias mesas de madera y luego en el interior varios comedores grandes. Disponen de aparcamiento amplio.

Realmente es un lugar con un potencial enorme, que parece no acabar de arrancar. En general da una sensación de cierta dejadez y de estar poco cuidado.

Hemos visitado varias veces el sitio para tomar algo y si bien la comida está bien, el servicio da una sensación no muy buena. El servicio en el merendero funciona de la siguiente manera. En barra solicitas la comanda y la pagas, y ellos te facilitan platos y manteles, como en otros merenderos. Luego ellos te sirven la comida a la mesa. Sin conocer el número de personas que trabajan en sus concinas, salta a la vista que no dan abasto o que no son capaces de gestionar varias comandas a la vez. También se ve que el personal de barra no está habituado a este trabajo, pareciendo ser soluciones temporales para la necesidad de personal. Como os comento es mi experiencia de varias visitas, con comida y sin comida, y la sensación es un poco rara, ya que la comida está bien, pero el servicio no acaba de convencerme. Tal mente parece ser carne de "Pesadilla en la cocina".

En esta visita pedimos varias cosas para picotear y compartir, os comento. Ensalada mixta, tabla de embutidos, tortilla de patata, chorizo a la sidra, chorizo criollo, croquetas, matachana y calamares, con agua y pan, por unos 16 euros cabeza. Como veis los clásicos de cualquier merendero. Todo ello bastante correcto, nada que decir, tampoco nada que destacar, pero rico, que es lo que importa.