Ahora, es bien importante que la merienda sea 2 a 3 horas después y/o antes de cada comida, ajustándose al horario y necesidades de su niño. No queremos que los niños se llenen con la merienda y luego no quieran la comida principal. Para asegurar una merienda adecuada siga las siguientes ideas:
Utiliza las meriendas para complementar lo que su niño no obtuvo en las comidas. Por ejemplo, si no se comió la fruta en el almuerzo, esta puede ser parte de su merienda luego.
Recuerda que la merienda es pequeña. Esta puede incluir uno a dos grupos de alimentos.
Leche y derivados – si es leche o yogurt, opta por 4 onzas de variedades bajas en grasa (no sin grasa o “skim”, los niños necesitan grasa para crecer). Lee la lista de ingredientes, este no debe mencionar ninguna azúcar añadida. La porción de queso es 1 onza.
Granos y cereales - incluye galletas, cereales secos, pan, entre otros. Lee los ingredientes, busca que no contenga azúcar añadida.
Frutas - 1 fruta fresca (tamaño del puño de la mano), o ½ taza de fruta enlatada en su propio jugo o congelada. Puedes usar jugo, pero debe ser 100% jugo, y no más de 4 onzas.
Vegetales - ½ taza de vegetales crudos como meriendas.
Puedes usar además mantequilla de maní, jamón de pavo o pollo, ensalada de atún, pero en pequeñas cantidades. Preferiblemente, combina un sólido y un líquido en las meriendas.
No uses las meriendas como recompensa por comportamiento. Esto puede traer problemas más adelante con el consumo exagerado de alimentos por razones emocionales.
Aprovecha los colores brillantes, las texturas crujientes, y otras características llamativas de los alimentos para enseñarles a consumirlos.
Si utilizas alimentos que son perecederos, coloca un paquete frío si se lo va a llevar a la escuela. Puedes hasta utilizar botellas de agua congelada para ayudar a mantener la temperatura, mientras promueves que el niño tome agua.
Los niños aprenden a consumir los alimentos que ven que sus padres consumen y los que más se les ofrece en su hogar. Por lo que está en ti dar ejemplo.
Una merienda saludable debe tener entre 100 a 150 calorías.
Algunos ejemplos:
Corta vegetales y/o frutas frescas y colócalos en palitos simulando un pincho. Esto es algo que a su chico o chica le va a gustar.
Corta vegetales como pepinillo fresco, calabacín (zucchini), o zanahorias en forma de palitos y úsalos con un “dip” de salsa bajo en calorías. Lo importante es que ese “dip” este en pocas cantidades para evitar el exceso en consumo.
Pela un guineo, sumérjalo en yogur. Luego, ruédalo sobre cereal de desayuno triturado y luego congélalo.
Coloca mantequilla de maní en rebanadas de manzana o guineo.
Ofrece 4-6 onzas de batida de frutas.
1 barra de granola, puede ser dulce y saludable a la vez. Sin embargo, ten cuidado porque es un producto alto en calorías a pesar de ser grasa de la buena.
Las semillas de girasol, nueces, o mezcla de estas son relativamente altas en grasa, pero es grasa de la buena. Otra buena nota es que sirven como buena fuente de proteína. 1 onza o un puñado de semillas es más que suficiente.
Puedes hacer un sándwich de jamón y queso y picarlo utilizando picadores de galletas con formas llamativas. Esto es algo entretenido y nutritivo para su chico o chica.
Recuerda que los buenos hábitos alimentarios comienzan en la infancia, y eres tú la luz que guía a ese niño hacia una vida nutritiva y saludable.
Nota importante: La información que usted encontrará en este artículo no pretende substituir el necesario consejo médico o la necesidad de un tratamiento profesional médico para una dolencia o trastorno en su salud. Siempre debe consultar a un médico ante cualquier duda sobre su salud y antes de comenzar un nuevo tratamiento con medicamentos, dieta o programa de ejercicio físico.
Por: Lcda. Tamairé Ojeda, la autora es Licenciada en Nutrición y Dietética en Puerto Rico (LND). Igualmente, es Dietista Registrada (RD) en Estados Unidos y es Dietista Licenciada en Kansas (LD). Posee un Bachillerato en Nutrición y Dietética de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Rio Piedras y una Maestría en Administración de Servicios de Salud de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Ciencias Médicas. La Licenciada Ojeda ha practicado como Dietista Clínica por 7 años trabajando con niños en el Programa Head Start y adultos en diferentes programas educativos. Actualmente, practica en Kansas, como Dietista Clínica en el Hospital Susan B. Allen Memorial Hospital, en el programa de Educación en Diabetes, en el Centro de Diálisis, en el Centro de Cáncer y como Educadora en Lactancia Certificada. A la misma vez, la autora trabaja como Instructora, a tiempo parcial, de Nutrición Terapéutica, en el Programa de Enfermería, de Butler Community College. Para mayor información sobre la autora o para contactarla, favor enviar un correo electrónico a tamaire.ojeda@gmail.com.