Años atrás, cuando se inició el flujo de refugiados sirios haca Europa Merkel inicialmente se puso el disfraz de madre amantísima de los refugiados y acepto un millón de ellos en Alemania, pero se dio cuenta que esa actitud le podría suponer pérdida de votos y rápidamente se pasó al otro extremo y cerró con llave la puerta de entrada a Europa.
Para cerrarle la puerta de Europa a los refugiados sirios Merkel cometió uno de sus peores errores: llegar a un acuerdo con Erdogan. El turco se comprometía a retener a los refugiados sirios en Turquía y Merkel a cambio le regalaba 6.000 millones de Euros. Ya en 2018 Erdogan, que ya había cobrado los 6.000 millones tiempo atrás, exigió una segunda entrega por el mismo importe, pero aparentemente Merkel se negó, y digo aparentemente porque algunos periodistas sospecharon que el pago se efectuó cuando Erdogan aceptó la negativa sin chistar y no se volvió a hablar del asunto.
Los periodistas españoles en mayo del 2010, cuando lo de la flotilla que pretendía una inútil brecha del cerco israelí sobre Gaza, calificaban a Erdogan como “islamista moderado”, una expresión que siempre he dicho que es tan absurda como puede serlo “anarquista conservador”, bien, pues el “islamista moderado” tiene hoy a su ejército en Libia y Siria luchando por la expansión del Islam radical, y como que una de las mayores demostraciones que la Europa unida no funciona es que Turquía todavía forma parte de la OTAN, aunque hace un montón de años que va por libre a lo islámico, ahora a Erdogán no se le ocurre otra cosa que abrir sus fronteras para que los refugiados sirios puedan irse a Europa a menos que la OTAN, o algún ejercito europeo le ayude en su cruzada islámica en Siria.
Merkel ha sido un desastre para Europa. En el Reino Unido muchos de los que votaron contra el Brexit consideran a Merkel como la principal responsable de que se plantease el Brexit y de que ganase el referéndum por las muchísimas condiciones que impuso y en especial por haber prohibido el método que establecía la deportación de cualquier inmigrante que por el número de delitos cometidos pudiese considerarse delincuente habitual.
Son muchas las barbaridades cometidas por Merkel, a las que me he referido repetidamente, especialmente en la nota MERKEL UBER ALLES del 14 de septiembre de 2017 que adjunto.