Mermelada de fresas

Por Mila Garcia Garcia

Hacer mermelada casera no es nada difícil, solo requiere un poco de tiempo y un mucho de cariño, luego el resultado merece la pena, el sabor de las mermeladas caseras es impresionante, además estamos seguros de lo que estamos comiendo, no llevan conservantes, ni colorantes, ni demás historias, solo fruta y azúcar.
Cada maestrillo tiene su librillo, en esto de las mermeladas también, hay múltiples recetas, en cada libro las hacen de una manera, en muchos casos les ponen pectina, yo os voy a decir la forma en que yo las hago. Antes en casi todos los libros te decían de poner la misma cantidad de azúcar que de fruta, yo pongo normalmente la mitad de azúcar, dependiendo de la mermelada le añado también el zumo de un limón.
Las fresas son muy delicadas, personalmente me gusta que queden trozos de fresas y por lo tanto esta mermelada la hago de una forma un poco especial que ahora os contaré. Este año en principio no iba a hacer mermelada de fresas porque se me había pasado ya la época de fresas, pero de pronto he encontrado unas fresas fabulosas, con un sabor y un dulzor maravilloso y que están disponibles prácticamente hasta septiembre, son las fresas del Villar de Gallimazo en Salamanca, unas fresas realmente espectaculares, lo que no puede informaros es de cómo conseguirlas en el resto de España pero voy a ver si puedo enterarme y os lo cuento.

Fresas, azúcar.

Lavar bien las fresas, cortarles los rabos y hacerlas cuartos (las más pequeñitas se pueden cortar solo por la mitad), cuando las tengamos todas cortadas las pesamos, calculamos la midad del peso de fresas de azúcar.
Vamos colocando las fresas en una olla grande (dependiendo de la cantidad que hagamos, yo hice 5 kilos de fresas) y le vamos poniendo el azúcar, alternamos fresas y azúcar hasta acabar con todas las fresas. Dejamos toda la noche las fresas con el azúcar, a la mañana siguiente ponemos a cocer la mermelada, dejamos que cueza a fuego medio una media hora, quitamos la espuma que pueda hacer y con un colador sacamos las fresas a otra olla, dejando el liquido en la primera olla, cocemos otro rato solo el liquido y volvemos a añadir las fresas, volvemos a dejar cocer una media hora y procedemos de la misma forma.
Hacemos esto para que las fresas no se destrocen del todo y nos queden algo enteras. Procedemos de la misma forma al menos 3-4 veces, para ver la consistencia de la mermelada pondremos un cuenco pequeño en el congelador, cuando esté bien frío ponemos un poco de la mermelada para que se enfríe rápidamente y de esta forma vemos como queda una vez que se enfría, cuando la tengamos a nuestro gusto apagamos el fuego y la ponemos en tarros.
Una vez llenados los tarros podemos proceder de dos formas, la primera es que si los hemos llenado en caliente podemos cerrarlos,  dejarlos con la tapa hacia abajo durante 24 horas y se nos conservarán durante mucho tiempo.
Otra forma es llenarlos, cerrar bien y esterilizarlos en una olla cubiertos con agua durante 10 minutos desde que empiece a hervir. Esta forma es la más segura de las dos, es un poco más engorrosa pero nos da la seguridad de que vamos a tener nuestra mermelada durante mucho tiempo bien.
Las mermeladas aguantan bien durante mucho tiempo, solo tienen que estar bien cerradas y esterilizadas, el sabor es totalmente diferente.