Manchester City 3-0 Fulham
“Enero ya ha pasado, por fín”. Esto debe dehaber pensado Roberto Mancini tras la conclusión del partido disputado en elEitthad Stadium de Manchester, el cuál, parecía un “Snow Stadium”. Habla por sísolo, la actitud de Mancini que indicaba un lavado de cara considerable en laalineación titular, donde la mayoría de jugadores del centro del campo,laterales y mediaspuntas eran de un claro color y olor a ofensividad. Quizáspara contrarrestar un poco el mal tiempo en el norte de Inglaterra a sus fielesaficionados. Corrieron un riesgo enorme, puesto que solojugaron con un medio centro defensivo (Barry), Silva de organizador y enganche,con Nasri y Johnson en bandas. Títular, el ex Middlesbrough. Agüero haciendolas labores de segundo punta y de rematador Dzeko (por la obligada ausencia deBalotelli por sanción). “Todo porla pasta”, algo que en este equipo sería un lema más que apropiado, pero eneste caso: “todo por el gol”. No pudo ser más cierto ese dicho y es que elCity salió “en tromba” al ataque. Un par de ocasiones de Dzeko que estuvodesacertado. Control absoluto del juego y como si fuese un constante martillo,el gol acabó llegando.
Antes del descanso, se adivinaba en elhorizonte (pese a lo difícil que esto estaba por la nieve), el segundo gol delos celestes. Jugada de Johnson, que lanza un centro-chut que tocaaccidentalmente en Baird (malogrado el central de Fulham), y se coló en laportería de Schwarzer. Con este gol, podría parecer que este fuese el tanto dela sentencia. Es muy complicado remontarle un marcador a favor al City con dosgoles de diferencia. A partir del segundo gol, la defensa hizo elresto. Savic rindió algo mejor que en el resto de partidos en los que fuetitular y en los que se le notaba muy nervioso. Fue partido de reafirmación, pese a la insistencia de los deMartin Jol. Tras el descanso, el Fulham siguió en lasmismas. Tratarle de tú a tú al City e incomodarle al City su posesión de balón.Consiguieron que se relajara al cuadro de Mancini pero, lamentablemente paraellos, poco más. Mancini haciendo lo que mejor sabe hacer, como dijimospárrafos más arriba. Mientras, el verde se convertía en blanco y cada vez másimpracticable para la práctica del fútbol. Con un panorama así, se podría pronosticarcualquier cosa…pero en caso que apostaras por el tercer gol del City, tuvistesuerte. Una genialidad de Agüero que se zafa de cuanto defensa se pusiera pordelante y en un alarde de generosidad por su parte le dejó el gol a Edin Dzeko,para impotencia visitante.