Merodeando desde la Arquitectura

Publicado el 16 febrero 2016 por Luiscastellanos @lrcastellanos

Obras en Caracas

Las más recientes intervenciones sobre la ciudad de Caracas, en lo que a obras civiles ejecutadas por parte de las autoridades se refiere, demuestran en gran medida lo que son las consecuencias de un mal diagnóstico sobre un determinado problema y la aplicación de soluciones a gran escala basados en ello. Y es que en términos de movilidad, el que atiendan solo al crecimiento de una o varias autopistas es decir, apostar a una adecuación y prever un crecimiento del parque automotor privado, en lugar de atender la posibilidad de mejorar el transporte público es sin lugar a dudas perturbador. A los problemas de desconexión natural Norte-Sur de la ciudad como el río Guaire por ejemplo, le añaden uno más al plantear el ensanchamiento de las autopistas y crear con ello un nuevo obstáculo. Se piensa en distribuidores, elevados y puentes vehiculares pero no en espacios públicos y conexiones peatonales. En lugar de apostar a un incremento significativo en líneas del sistema metro, se piensa en invertir en más canales para el automóvil. En lugar de promover el uso del transporte público mucho más eficiente que el particular, se hace lo contrario manteniendo un precio en el combustible que hace prácticamente insensato viajar en el sistema público para quienes tienen la posibilidad de hacerlo en transporte particular, ya que movilizarse en éste (en el vehículo particular)increíblemente en nuestro país se hace muchísimo menos costoso y la ciudad cada día parece adecuarse a él haciéndolo más cómodo, adaptándose a sus necesidades y las de sus usuarios, en lugar de hacerlo al peatón, al transporte público, que a final de cuentas es el que mayor cantidad de personas moviliza día a día . Así las cosas y pese a las advertencias técnicas, se empeñan en construir obras que acentuarán el problema de movilidad en la ciudad. Más aún, las obras ejecutadas son de dudosa factura. La calidad de la construcción, producto de falta de planificación, supervisión y mano de obra calificada se ejecutan en términos de tiempos políticos y no de variables técnicas con enfoques a largo plazo. La prisa por inaugurarlas parece ser el motor y variable fundamental en cuanto a la concepción y materialización de las mismas, dejando de lado la opinión de expertos con estudios serios sobre las variables a considerar, que por cierto han tomado años de observación, investigación y recursos asignados. Variables importantísimas de índole ambiental son dejadas de lado. Se construye en y sobre los cauces del río, creando las condiciones materiales para futuros incidentes no deseados. Se deforesta talando árboles que tardaron décadas en crecer y aportaban su sombra y demás beneficios al ambiente, no son trasplantados ni reemplazados. Consideraciones en cuanto a la seguridad, durabilidad y mantenimiento de las obras parecen no pertenecer a la lista de preocupaciones de quienes llevan a cabo estos planes. La contradicción entre las intenciones de realizar un cambio de rumbo para resolver los problemas existentes parecen precisamente ir hacia el lado contrario, perpetuar y acentuar las condiciones que se criticaron previamente y utilizaron como excusa para llegar al poder.

Odart Graterol
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