La comitiva estuvo integrada por Messi, Xavi, Iniesta y Piqué, que fueron recibidos en Kfar Hamacabiá, lugar donde tuvo lugar el acto, por el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y su esposa, Sara.
Los jugadores del conjunto blaugrana firmaron algún autógrafo, se fotografiaron con los menores -algunos de los cuales estaban postrados en sillas de ruedas-, y pudieron dar unos toques de balón rodeados de miembros del dispositivo de seguridad, curiosos y seguidores.
"Este es un día para ellos (los niños). Qué esperanzas les dan", comentó Netanyahu a un canal deportivo local, ataviado con una camiseta azul y un pantalón de chándal.
Su esposa Sara, coincidió en que este tipo de iniciativas "transmiten una gran esperanza y fuerzas para continuar" y recordó que la mayoría de los niños "se encuentran entre tratamiento y tratamiento".
Posteriormente, los jugadores se sumaron al resto del equipo para entrenarse, junto a niños israelíes y palestinos, en el estadio Bloomfield de Tel Aviv, con capacidad para 14.400 personas y donde desde hace horas aguardan miles de aficionados de corta edad para ver a la estrellas azulgrana en el terreno de juego.
El FC Barcelona realizó un entrenamiento similar ayer en el estadio municipal de Dura, al sur de Hebrón, donde unos 24.000 seguidores no perdieron detalle de cada movimiento de los integrantes del equipo catalán.