Vivimos en la sociedad del mestizaje (ahora que lo pienso, es curioso, es la primera vez que uso de mi puño y letra este término en la ya no tan corta vida del blog). En una época en que estamos habituad@s a identificar a l@s diferentes con l@s otr@s… y fácilmente con l@s adversari@s/enemig@s, el mestizaje se convierte especialmente en un valor en sí mismo, un valor que nos enriquece como personas y como profesionales, un valor a proteger y fomentar. El día de hoy, especial por muchos motivos, es una clara muestra de ello. Diversos acontecimientos, aparentemente inconexos, toman un significado diferente al verlos bajo este prisma, al menos para mí…
Hoy se cierra un año emocionante de la inicativa Mírame… diferénciate. Con dicho motivo, y aprovechando para celebrar un nuevo #CarnavalSalud, se nos invita a responder a tres cuestiones para tratar de ver si realmente somos diferentes o seguimos igual: ¿Qué ha significado para ti esta iniciativa? ¿Crees que ha promovido cambios? ¿Consideras que proyectos de este tipo, nacidos en la redes, pueden incidir en el mundo analógico?
Trabajar codo a codo (o ratón a ratón) con un grupo diverso y heterogéneo de profesionales de la salud (mestizaje de profesionales) ha sido una experiencia que por sí sola justificaría el esfuerzo invertido, y en el que he intentado aportar en la medida de mis posibilidades difundiendo varias de las actividades de la iniciativa o siendo puente para medios de comunicación (escritos y radio) y otros profesionales. Todo un honor. Toda una experiencia para seguir aprendiendo (este año y más allá) a seguir educando la mirada.
Tiene razón Miguel cuando afirma en su agudo análisis desde Salud con cosas que la parte de los cambios provocados por esta iniciativa en los profesionales y organizaciones es algo menos positiva (…) Los proyectos colaborativos 2.0 pueden tener una incidencia moderada en el mundo analógico, pero si bien los medios de comunicación pueden hacerse eco, el cambio de comportamiento y de cultura de trabajo necesita de otras herramientas (¿podríamos denominarlo mestizaje en las herramientas?).
Quiero pensar, sin embargo, que también es cierto que vivimos en una sociedad que quiere medirlo todo de forma instantánea y eso a veces no es posible… ni siquiera deseable. Las semillas que se plantan un día tardarán en brotar y más aún en dar fruto, pero la experiencia (personal) de acercamiento de forma diferente a otras realidades e iniciativas creo que da pistas de por dónde pueden ir las cosas, lo que me nos invita a mirar la realidad y el futuro con el optimismo realista de que podemos contribuir a generar otro tipo de dinámicas y realidades, más allá de las herramientas empleadas para ello. En este sentido, quizás, el cambio más importante de estos doce meses no se ha producido fundamentalmente fuera, sino dentro, a veces de forma sutil e imperceptible, pero que irá extendiéndose como mancha de aceite.
Quiero finalizar con cuatro menciones/experiencias que me resultan ilustrativas y significativas de esta idea de mestizaje:
Mestizaje de herramientas y profesionales sanitarios a uno y otro lado del estrecho para contribuir a un mejor acceso a la sanidad en algunas regiones de África a través de la Fundación Recover y su proyecto de teleasistencia:
Mestizaje de círculos que rodean a la infancia queriendo dejar de ser islas…
Mestizaje de vivencias, experiencias, capacidades y proyectos cristalizados en el Proyecto Corre contra la leucemia infantil de la Fundación Uno entre cien mil, las mismas ilusiones que mueven en estos días el telemaratón de la Euskal Irrati Telebista que concluye también hoy contra el cáncer infantil:
Mestizaje de culturas y ritmos para luchar contra las enfermedades raras a través de las aportaciones a la investigación; es el ejemplo del flashmob que hoy mismo, a la misma hora de clausurar la iniciativa que encabeza esta entrada presenta The walk on project:
Mestizaje, al fin y al cabo, de mujeres y hombres, de personas, queriendo poner lo mejor de sí mism@s al servicio de l@s demás… a través de la educación de la mirada.