Como me pasó con
Rie Kanenari, después de releer Mi nuevo padre, fui a investigar un poco qué había sido de la autora y qué más había publicado. De nuevo la sorpresa al descubrir que únicamente sacó una serie más, de dos tomos, colaboró en un par de antologías y desapareció del mundo del manga. Una pena porque ésta era su primera serie y se le veía bastante potencial.ArgumentoLa chica, Nanao Higashiyama, cuando descubre que éste tampoco sabe cómo volver a la normalidad, le obliga a que la sustituya en el día más importante de su vida: su cita con Konatsu, el chico del que lleva enamorada un tiempo. El pobre Kohanamaru debe interpretar el papel siguiendo las instrucciones que ésta le da desde su propio cuerpo. Pero para su sorpresa, cuando regresa de haber ido un momento al aseo, su cita se ha largado. El chico es un imbécil y, ante la cara deprimida de Nanao, Kohanamaru le persigue y le canta las cuarenta.
Más tarde, el chico intenta animar a la joven por lo sucedido. En esas aparece un gato negro y ambos se dan cuenta que sobre la cabeza de éste flota una estrella ¡igual que sobre ellos! Y por si fueran pocas las sorpresas, un perro surge de la nada dispuesto a perseguir al gato, golpeando el cuerpo de Nanao que, al caer sobre el de Kohanamaru, se vuelven a besar y regresan a la normalidad. Aunque eso debería haber alegrado a Nanao, su cabreo por que le hayan robado su primer beso es descomunal.
Cuando al fin llega a su casa, Kohanamaru es recibido por su familia que le felicita por "su primera transformación". Su madre le explica que es una extraña característica familiar y su hermana, Koharu, que resulta estar en el cuerpo del gato negro de antes, se intercambia con éste delante de sus narices cuando se tocan la frente. Según le dicen, cada miembro de la familia tiene un punto en su cuerpo para hacer la transformación y, en su caso, son los labios. Además, esto no sucede con cualquiera, sino que debe ser su "alma gemela" predestinada, que ha resultado ser esa chica preciosa pero muy violenta. Y por si todo esto no fuera suficiente, el chico de la cita, Konatsu, resulta ser su hermano mellizo. Se prevén multitud de líos en el horizonte.
Reseña
No sé si en mi primera lectura me dio esa sensación pero en esta ocasión no he podido quitarme de la cabeza la similitud con DNAngel, de Yukiru Sugisaki. Razones hay: también se publicó en la Asuka, los protagonistas comparten edad y cierto parecido físico y de personalidad y las relaciones también tienen detalles en común, además de los líos por "cambios de cuerpos", claro. Si os gustó aquella serie deberíais echarle un ojo a ésta, al menos tiene una virtud frente a la otra: está terminada.
El mayor punto a favor de la serie son sus personajes. Especialmente Nanao, una chica directa, fuerte, con mucho carácter pero también dulce y amable. Luego, Kohana, es un chico adorable, un tanto cortado pero muy honesto y sencillo. Está claro quién domina aquí la situación. Más decepcionante me parece Konatsu cuya excusa para ser un imbécil me parece muy pobre, aunque por suerte algo mejora hacia el final. Y en cuanto a secundarios, aunque el papel que ocupa la familia Taki está muy limitado, cuando salen se les nota que están dotados de personalidad propia, por lo que enriquecen bastante el elenco.El gran problema que tiene es que se hace breve y deja demasiadas cosas en el aire. Tenía potencial para haber desarrollado mucho más el tema de las transformaciones por no hablar de que no se produce ninguna explicación a por qué la familia tiene ese "don" o que las reglas cambian según lo necesita la autora (como que en teoría, después del anochecer, si no han vuelto a su auténtico cuerpo, ya no pueden transformarse de nuevo). Además ¿qué sentido tiene que la difunta abuela no le contase nada de su peculiar familia a su nieto? ¿Y entonces por qué tenía un cuaderno lleno de claves y secretos de este misterio que el resto de los familiares desconocían? Una pena que con tantos elementos interesantes toda la trama haya quedado con agujeros de guión tan importantes. Supongo que mucho de esto se puede achacar a la inexperiencia de la autora, que recordemos era su primera obra, pero son fallos que no dejan de estar ahí y ensombrecen las buenas sensaciones generales que transmite.