Metamorfosis

Publicado el 25 febrero 2016 por Águeda Lorena García González @aguedlgg

Por suerte o por desgracia no permanecemos perennes, inmunes, constantes.

Metamorfosis: hace referencia a una mutación, una evolución o transformación de una cosa en otra.

Si lo que somos o en lo que nos convertimos, es fruto de la experiencia vivida, posiblemente el cambio sea inevitable hasta llegar quién realmente somos... Hasta conectar con el propio yo.

No voy a ponerme metafísica, pero sé que he sufrido una metamorfosis.

Hoy me he acordado de Kafka y la metamorfosis de Gregorio, que se despierta convertido en un insecto. Deja de ser hombre para ser un animal llegando a perder toda esencia de lo que un día fue.

Puede que yo me haya despertado siendo otra (la Gregoria de la historia de KAFKA) y esté perdiendo la conciencia de quién soy y olvidando lo que un día fui.

Lo sé porque he interiorizado el cambio de una forma tan brutal, que no me he dado cuenta de que se estaba produciendo.

Mi concepto sobre mi misma, sobre mis deseos, necesidades o incluso mis principios, han ido cambiando lentamente y ahora resulto ser una persona nueva de la que creí saberlo todo y no sé nada.

El otro día alguien me calificó de "mujer fría e insensible" y pensé que se había equivocado de persona y que hablaba desde el desconocimiento... Pero me lo estaba diciendo a mí, la mujer fría e insensible que llevo dentro, había salido a la luz y yo sin darme cuenta.

Me pregunto si quiero ser esta nueva versión de mí, actualizada.

No me va mal la verdad, pero sé que no soy ni remotamente parecida a lo que recordaba.

Ya no confío en nadie, ya no me creo nada y todo me parece banal, absurdo y una mera estrategia, el puro arte de la supervivencia.

Aprendí a sujetar mis manos y no tocar a nadie que me gustara, no demostrar afecto porque es señal de debilidad o de mujeres demasiado idiotas que se ilusionan por nada. ¿Para qué darles amor si ellos (algunos) sólo querían sexo?

Aprendí a sustituir los emoticonos con besos por una cara sonriente, a no enviar canciones o frases que me gustaban y ya no doy los buenos días ni las buenas noches como antes los daba.

No son necesarios y carecen de valor porque no significan nada.

Aprendí a no llamar, a no escribir si no me habían contestado, a no decir "me apetece verte" por si me rechazaban ¿Para qué voy a mostrar mis cartas?

Y en lo que realmente me he graduado este último año y medio es en el master: "nadie significa nada".

Significa uno más, significa un momento, una noche, una sensación, una ilusión, pero ese significado y la intensidad son mínimos y a corto plazo. Pocos han conseguido dejar huella.

La gente desaparece antes de que puedas conocerla y simplemente muestran una pequeña parte de lo que realmente son... Y yo, que me creía auténtica me he dado cuenta de mi metamorfosis y que ahora pertenezco a ese grupo de personas que ya no se entregan, que no son capaces de sentir casi nada.

Hay personas adictas a las emociones que tienen que alimentar su bienestar de "dopamina", y van de amor en amor, simplemente para sentir la fase del enamoramiento permanente...

Lo bueno de estas personas es que realmente se enamoran y son capaces de entregarse a relaciones ¡Por muy volátiles que sean!

Luego están los que vienen de fábrica con esa versión incluida y van por la vida siendo asépticos, todo lo que hacen no supone ni pena ni gloria.

Y por último estamos personas como yo, que han cambiado tanto su manera de actuar que ya no se reconocen ni en sus propios actos, ni en sus pensamientos, ni en sus actitudes.

Me he vuelto intolerante, caprichosa, egoísta y sobretodo me he vuelto fría y distante... ¡Vaya por Dios!

Y yo que me creía que el amor lo podía todo y ahora soy yo, la que no puede con él.

No puedo entender como he podido cambiar tanto en tan poco tiempo y de manera tan radical.

Escribo sobre un amor en el que apenas creo (o sí...no sé) y sobre relaciones interpersonales basadas en necesidades puntuales de "calor ajeno"... Y he llegado a convencerme de que mi próximo reto será no sentir nada.

Ser capaz de levantarme e irme como si hubiese pasado la noche sola, ser capaz de sacarlos de mi vida como si no hubiesen aparecido y sobretodo, ser capaz de olvidarlos en menos de una semana... (Creedme, al final ni te acuerdas de ellos...)

Tengo una amiga que ya ni graba en la agenda los números de teléfono de sus ligues. Da por hecho que en 2 o 3 citas desaparecerán de su vida. Ha interiorizado que las personas ya no tienen ni nombre.

Son números de teléfono con los que mantiene conversaciones, cañas y relaciones.

¿Y yo voy a convertirme en eso? Pues sí... Creo que voy camino de completar esta metamorfosis y ser parte de ese grupo de personas que ya no tienen sentimientos, que ya no abrazan, que ya no dan ... Es triste pero es real.

Si alguien llega a anticiparme semejante cambio, no lo creería ¿Dónde se ha metido mi yo?

Hay gente que se enamoraría de una piedra, tan sólo con que la piedra hablara... Y yo me consideraba así...Con capacidad de sorprenderme, de enamorarme,de emocionarme o dejarme llevar...

Pero la realidad es que la vida ¡Me ha cortado las alas!