Meter la mano en el bolsillo del ciudadano, como hace Rajoy, es inmoral y contraproducente

Publicado el 29 abril 2013 por Franky
El periódico "El Mundo" se dejaba ayer, domingo, de eufemismos y de paños calientes y cogía el toro por los cuernos afirmando en su primera plana "Clamor contra Rajoy por subir impuestos sin reducir el Estado". Su director, Pedro J. Ramírez, pide la cabeza de Rajoy, un presidente insensible, flojo, equivocado, terco como una mula y que está consiguiendo dos gestas sorprendentes: destruir a velocidad de vértigo el apoyo popular a su partido y que algunos españoles, decepcionados y destrozados por su política, añoren al inepto e incapaz de Zapatero.

El periódico tiene razón y recoge en su portada un clamor creciente en las redes sociales y en el corazón pensante, reflexivo y mas influyente de la sociedad española, donde ya se opina con claridad que el gobierno de Rajoy ha fracasado y que lo mejor sería que dimitiera y que, bajo la tutela de Europa, se elija un gobierno de técnicos sin filiaciones mafiosas a partidos políticos, capaz de reducir drásticamente el Estado y expulsar a los cientos de miles de enchufados y parásitos de los grandes partidos, que están esquilmando a diario la seca y agotada teta del Estado.

Cada día hay mas gente que cree que la política facilona de meter la mano en los bolsillos del ciudadano, practicada con toda desvergüenza por Rajoy y su gobierno, no solo no funciona sino que es contraproducente porque el consumo cae sin pausa, mientras que el paro, el gasto público y el endeudamiento siguen subiendo incluso con mayor intensidad que en tiempos del denostado ZP, al que millones de ciudadanos, cabreados, expulsaron de la política por inepto y dañino.

Hay una pregunta que se repite hasta la saciedad en las redes sociales y las conversaciones ciudadanas, que dice: Si con 4.987.300 desempleados había razones para cambiar a Zapatero, ¿no las hay para relevar a Rajoy con 6.202.700 parados?.

Rajoy, al igual que Zapatero hace pocos años, está llenando España de desempleados, nuevos pobres, gente desesperada, angustia y tristeza. Soportar a un tipo así en el poder solo denota que España es un pueblo de cobardes, incapaces de defender sus intereses frente a gente empeñada en destruir el presente y el futuro de la nación. La mayoría absoluta que obtuvo Rajoy en 2011 y gracias a la cual está gobernando con arrogancia extrema, ya no existe porque se ha diluido como un azucarillo. En realidad España tiene un gobierno sin apoyos suficientes, cercado, aislado y deslegitimado porque las promesas y tesis que le llevaron a la victoria se han incumplido y fueron una estafa.

La negativa de Rajoy a reducir el tamaño del Estado y de conseguir los fondos que necesita el gobierno metiendo la mano en el bolsillo del ciudadano es indecente, impúdica ye inapropiada, fruto de un gobierno desquiciado y sin norte ético alguno. Cuando las familias tienen problemas económicos, lo primero que hacen es reducir sus gastos, pero el gobierno de Rajoy se niega a cerrar las miles de empresas públicas superfluas e inútiles que existen en España, creadas por políticos desalmados únicamente para colocar a amigos y a gente con carné del partido. Esa negativa a adelgazar una estructura de poder político costosísima, que duplica y hasta triplica las competencias y actuaciones, es inmoral y escandalosa, merecedora de condena y rechazo frontal por parte de los ciudadanos demócratas.

Hasta el comisario europeo de economía, el frio Oli Remh, ha lanzado un torpedo contra la línea de flotación del mal gobierno de Rajoy al decir publicamente que Hay gobierno que prefieren subir los impuestos a recortar gastos.

La realidad de la España actual es que la locura de Rajoy está superando a la del nefasto ZP, cada día con mas claridad. Con la misma intensidad o con superior empeño que ZP, Rajoy está colocando a decenas de miles de militantes del PP en un sector público hipertrofiado e insostenible, gasta cada año más, tiene mas asesores que Zapatero, se endeuda mas que su predecesor y consigue mas desempleados y nuevos pobres que el insufrible Zapatero, además de cosechar rechazo y sufrimiento con mas velocidad y fuerza que el presidente socialista defenestrado.