Sentados en torno a una mesa, sin posibles anonimatos en segundas filas -escenario muy parecido al de las sesiones del Screenwriting MFA de UCLA, en el tuve ocasión de trabajar hace unos años- he estado ya unas diez horas y estaré aún unas cuantas horas más, haciendo algo aparentemente inútil.
Quiero decir, estamos razonando y dialogando en torno a no pocos aspectos profesionales (tan duros y complejos como reales y actuales) de la escritura de guiones cinematográficos y televisivos desde la exigente, luminosa y amplia perspectiva que ofrece la lectura y análisis pormenorizado del texto de la Poética de Aristóteles.
Un libro y un pensamiento que se menciona no poco en estos contextos, pero que de ordinario es tenido en cuenta, más como una especie de adorno colateral, justificación de las propias recetas técnicas, o -digamos- guarnición prescindible de acompañamiento culinario, que como sustancia nutricia básica en el menú que alimenta la identidad de escritores y lectores de historias narrativas y dramáticas.
En fin, estamos todos aprendiendo mucho en estos días de estreno de este Master en Guión. Lo mejor que puede decirse del programa, y sobre todo de quienes lo han puesto en pie y de quienes ahora lo están cursando es aquello de Josef Pieper: "qué bueno que existas!"
Este es el folleto, por si alguien quiere curiosear, también entre entre las materias y el elenco de profesores del programa: