Nunca me faltó comida, recuerdo esos bocadillos de chorizo, los sandwiches de nocilla (blanca y negra, sin tonterías), en triángulos o cuadrados, de dos pisos, o de tres. Esos platazos de comida que me preparaba mi abuela… Las albóndigas de mi abuela!!!!!
El no hacer ni caso a lo que decían mis padres y dejarme trastear por la calle hasta más tarde, aguantarme la sobredosis de azúcar a las tantas después de la degustación de todo tipo de chocolates en la merienda, cuando mis padres nos dejaban en su casa para ir de cena… O de fiesta. Ahí estaba mi abuela siempre.
Siempre mostrando su amabilidad y cariño sin límites, siempre mi abuela.
Digamos que mi abuela es todo bondad, compartiría cualquier cosa con los demás.. O eso pensaba yo…
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