Mi abuelo no fue picador, no. Lo suyo era el campo, normalmente el ajeno, porque nunca tuvo tierras, cultivaba la de otros, vamos que era de los que peonaban el campo. Nacióen un pueblo, que más que blanco es gris. Lo que si son blancas son los campos que rodean a Barajas de Melo, blancas de la tierra caliza, la cal se cuela por todas partes, el agua, la tierra, hasta las en las casas se cuela. Barajas solo tiene una pequeña vega, pequeña pero que da nombre a su patrona, la Virgen de la Vegas, y en muchas de las pocas casas que hay, alguna Vega se cuela entre las mujeres.Doce hijos nacieron de Faustino y María, todos rebeldes, todos rojillos, uno de ellos Higinio, aun anda en alguna cuneta enterrado, el quiso continuar la guerra con la guerrilla, no sé si por pasión de hermana, pero mi madre siempre nos dijo que el más guapo de los hermanos.Faustino Sáez, mi abuelo, le preocupo siempre la educación de sus hijos, pero no corrían los tiempos para aspirar a la universidad, ninguno de sus hijos pasó de las cuatro reglas y entre sus muchos nietos, la mayoría conocen la universidad desde el autobús. Y mira por donde ahora él, es que no sale de la facultad de medicina de la Universidad Autónoma de Madrid, parece empeñado en completar su ciclo universitario, más de una año lleva ligado a esta institución. Faustino Sáez, mi abuelo, nos ha adelantado a todos, es un ejemplo ya para todos sus biznietos.Los primeros recuerdos que tengo de mi abuelo, son sonoros. No más de siete u ochos años tenía yo, cuando mi madre, con todos reunidos alrededor de la radio, con muy poca luz pero con muchas interferencias, escuchábamos, eso de “aquí radio España independiente, estación pirenaica...”, era en esos momentos en los que mi madre se sinceraba, y nos contaba él como, a terminar la guerra, un falangista con nombre y apellido denuncio a Faustino, mi abuelo y a cuatro de sus hijos por ser de izquierdas. Contaba como todas las semanas, cuando acudían andando de Barajas a Ucles las mujeres de la casa, otros falangistas con nombres y apellidos les quitaban el pan que iban guardando de las raciones y que llevaban a la vistita semanal a los hombres. Estos son mis primeros recuerdos de mi abuelo, primeros y únicos.Faustino Sáez murió el 18 de Agosto de 1942 en la cárcel de Ucles. Enterrado en la fosa común, entre otros muchos presos. Campesino, socialista y hombre de bien. Sus restos fueron exhumados hace un año y medio y trasladados a la Facultad de medicina de la Universidad Autónoma para su identificación. Faustino Sáez, mi abuelo, se ha convertido así en el “pillo”, que así se le sigue llamado en Barajas de Melo, con más edad que entra y casi se queda en la universidad. Faustino Sáez, mi abuelo, sigue siendo un ejemplo, también por estar en la universidad para sus, hijos, nietos y biznietos….