Imposible lanzar mi cuerpo
a un abismo tan lleno de si mismo.
Poblada de viejas ideas encuentro mi aldea,
recorro sus calles,
levantándose eternamente,
mas nunca creciendo lo suficiente.
Caminos que entran y se pierden en sus sueños
y el silencio, opacado por la burla ironica
de otro dia igual al de ayer.
Esta verdad es un cuchillo gastado,
hay sombras de esta aldea
que no se arriman a los arboles,
son hembras que ya no tienen tiempo.
Y en silencio se alzan en celo.