MI ALMA DOLIDA SABE QUE ÉL GANÓ
Poema por Semana Santa
Allá, en el Gólgota
Oh, Jerusalén!
¡Qué cosa hemos hecho!
La tierra tiembla,
La luz del día se ha marchado.
Con fuego protesta el cielo.
El hijo de Dios ha muerto
Colgado en una cruz
lo tenemos
¡Oh redentor mío!
Te hemos humillado.
Este mi corazón
Israel
Esta tristeza de no tenerlo
canta su regreso
Él nos lo ofreció.
Al tercer día -nos dijo-
Pero…,
¡me duele tanto mi acción,
que temo no reconocerlo!.
Sufro ahora tu dolor,
Señor.
¡Dios de mis padres!
¿Por qué no apartaste de El ese Cáliz
Pero,
¡cuán grade es su amor
que no le importó el dolor!.
¡Qué extraña sensación!
¡Qué fuerza de mí se apodera!
que esa su presencia tan ausente
la siento latir con gran fuerza.
Aquí, prendido, en mi corazón
Tierra,
Firmamento,
enseñadme a mirar en ti al Creador,
que voy muriendo
con este dolor ya redimido,
pero que no entiende la grandeza del amor.
Lo dejamos,
Lo escupimos
Lo flagelamos.
¿Dónde está mi inteligencia,
dónde radica mi amor?
Azuzado cambié de opinión,
¡Jesús!
¡Me avergüenza mi acción!
Sus ojos serenos, estando en la cruz,
al mirarme, elevo con fuerza su voz,
pidiendo al Padre mi perdón
¡Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen!
Entregando al Padre su espíritu, murió
Estoy herido por mi acción
Pero, mi alma dolida, sabe
que Él ganó.
Nestor Enrique Matta Guerrero, UCSS |