Más color del rastro. El otro día me decía Gabi Dakoff, que era como un caleidoscopio gigante de colores. Me encantó esa forma de verlo y esa expresión. Encantadora. Aunque pueda parecer repetitivo, me parece que el color nunca está de más. Es un valor interesante dentro de la fotografía, sobre todo en este tipo de imágenes cuyo único valor es precisamente ese, que son coloridas, que no informan de nada ni cuentan nada en absoluto. Cuando la imagen pretende contar algo más, el color puede volverse en su contra y llevarse toda la atención del espectador, pero en este caso no es así porque lo único que hay es color.
Color y buenas intenciones, claro.
Porque todo lo que hago lo trato de hacer con la mejor de mi energía y mis mejores intenciones. Nunca voy con un doble propósito, ni con la maldad por bandera. Intento servir a los demás de una forma altruista y generosa. No creo que el egoísmo esté entre mis defectos (que son muchos) y, aunque a veces sea muy criticón, lo hago siempre con una sonrisa y sin querer hacer daño a nadie. Como resulta que suelo ser muy sincero, algunas veces sí es cierto que alguien puede sentirse ofendido con las cosas que digo, pero no porque sea mi intención. Yo lo veo más como daños colaterales casi imposibles de evitar porque, al final, somos seres humanos y somos susceptibles, rencorosos, antipáticos, etc. y es inevitable que pasen algunas cosas y que alguien se sienta ofendido.
Por ejemplo, el otro día con el post zapatitos y zapatones, puede ser que alguien se lo tomase como algo personal y se sintiese ofendido, pero no era mi intención, repito: no era mi intención que nadie se sintiese mal. Simplemente quise ironizar sobre ese detalle. Es posible que mi estilo directo y franco haga que en ocasiones no se comprenda ese toque de humor que trato de dar a algunas críticas que hago. Error mío que deberé corregir. Lo importante, para mí, es que la intención nunca es la de herir a nadie.
Como lo que decía al principio de esas imágenes que no pretenden contar nada y que su único valor y su única pretensión es el color. Algo parecido espero yo algunas veces de mis post: que no vayan más allá de un simple pellizquito de monja, que se queden en la superficie llana y lisa de una ironía, de un comentario superficial que no pretende hace pensar a nadie.
Claro que otras veces pretendo lo contrario y quiero que, quien lo lea, sea capaz de pensar un poco más allá y extraer sus propias conclusiones. Tal vez tenga que poner un especial cuidado en este punto y dejar bien claro cuándo se trata de una ironía superficial y vacía y cuándo es algo más profundo y elaborado con pretensiones y con esa especie de carga de profundidad.
En fin, este fue mi aporte de hoy. Un poco de color y esa pequeña aclaración para intentar evitar confusiones y malos rollos. Os deseo a todos un feliz día. Que el color os acompañe y la luz sea vuestra aliada. La lucha sigue, las batallas deben ser libradas y ganadas aunque la guerra ya la tengamos perdida, así que fuerza, valor y amor.
Sobre todo mucho amor.