Mi bebé no quiere comer

Por José Luis @jluis8

Con estos cambios de tiempo y diluvios que tenemos vamos a hablar sobre uno de estos temas que nos llevan a perder los nervios en muchas ocasiones, y nos referimos a esas situaciones en los que los bebés no quieren comer. Desde nuestro blog lacestitadelbebe.es vamos a ver las principales causas que pueden estar relacionadas con esta indeseable situación.

Bebé disfrutando de sus primeras papillas

Entre los bebés muchas veces se dan rechazos a la alimentación, con más frecuencia de las que muchas veces nos gustaría. Evidentemente estos rechazos alimentarios pueden tener detrás diferentes causas de diversa índole como funcionales u orgánicas.

¿Qué causas hay detrás del rechazo a la comida?

Esta inapetencia por la comida o dicha de otra forma anorexia, por parte de los lactantes y bebés, están motivadas principalmente por diversas causas orgánicas en algunos casos y en la mayoría de las veces por infecciones.

Así que mamás es muy improbable que esta falta de apetito sea por rechazo del pecho de la mamá. Cuando os bebés no quieren comer debemos buscar los motivos, fijarnos si están más llorones, tienen fiebre, cansancio y las deposiciones, algunas veces pueden ser por dolor de garganta y oídos o incluso gastroenteritis. Los principales  síntomas suelen ser dolores, molestias en la tripita y fiebre, la verdad, es que así, tampoco nosotros tenemos ganas de comer.

Las más comunes causas funcionales por norma común se suelen mostrar conforme se da el crecimiento en los bebés, en esta ocasión, sería normal que posiblemente rechace esa papilla preparada con tanto amor y cariño y con alimentos naturales.

Además siempre debemos tener presente que los bebés y niños son muy sensibles y son capaces de captar los estados de ánimo de los padres, en especial de la madre al tener el vínculo y el apego más fuerte durante los primeros meses. Es por este motivo, que debemos tomarnos las cosas con calma y no mostrar nervios, confusión o ansiedad, e intentar estar los más tranquilos y distendidos posible para que ellos se relajen lo que puedan. También es importante conocer que muchos bebés no realizan la toma si no están distraídos con juegos, juguetes, trucos o con algo entre manos para investigar.

¿Qué tipos de rechazo se pueden presentar?

Los tipos de rechazo pueden ser de dos formas bien diferenciadas, la primera podríamos llamarla rechazo activo, o dicho de otra forma, es cuando el bebé no deja que le acerquemos la cuchara a la boca, porque la cierra y puede ser que haciendo aspavientos con las manos y brazos.

El otro tipo de rechazo es el que llamamos pasivo, es decir, suelen estar tranquilos como en otras ocasiones que comen, pero cuando se les introduce la comida o papilla en la boca no la tragan y la escupen poco tiempo después.

Por normal general y por nuestra experiencia, sea la causa que sea si insistimos, tenemos paciencia y están entretenidos acabará comiendo. Teniendo en cuenta que este proceso puede que nos lleve incluso una hora o más y todo acaba manchado como si hubiera habido una guerra de comida, así que paciencia. Sobre todo no tenemos que forzar sino quieren comer es por algo, si conseguimos que vayan comiendo, lo mejor al principio es no forzarlos y que coman poco, hasta que el organismo se asiente y se recupere. Si los forzamos y comen mucho, es posible que acaben vomitando lo comido si su organismo está mal o con virus. Otra opción para que coman entretenidos puede ser salir al parque o cambiar de ambiente como ir a la casa de los tíos o abuelos.

Es importante saber las causas de su malestar, sobre todo si son lactantes lo mejor es acudir al pediatra para que nos diga que tiene y como debemos actuar, a veces tienen que tomar suero o algún medicamento.

Si es verdad que en la mayoría de los casos los papás y mamás nos preocupamos en exceso para que coman todo lo que queremos o se tomen toda la papilla. Comer da fuerza y un correcto desarrollo y salud, pero no debemos preocuparnos tanto en este sentido porque los bebés y los niños muchas veces no necesitan tanto alimento. Así que lo mejor es no dejarse llevar y caer en un estado de ansiedad o confrontación que acaba enrareciendo el ambiente.

¿Cómo sabemos que está sano?

La forma de comprobar que el bebé está sano y se desarrolla correctamente, es principalmente controlar su peso, ir verificando su ganancia, sobre todo durante el primer año de vida, también se debe controlar la altura y la administración de vacunas pertinentes en las diferentes revisiones periódicas.

En esta fase es cuando el pediatra o especialista puede confirmar que haya alguna alteración o deficiencia porque no esté comiendo del todo bien, y os irá ofreciendo sus medidas dentro de unos percentiles de crecimiento. Bueno esto tampoco es para tomarlo mucho en serio, simplemente es una comparación para ver en que rangos de peso y altura está.

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