Mi cambio en Quimera Crossfit Alcobendas

Publicado el 18 diciembre 2019 por Álvaro Pedroche Arcones @FitnessAsesores

Antes de nada debo decir que este post es especial para mí y os explico por qué. Como algunos ya sabéis, desde marzo de 2019 empecé una cuesta arriba que, si bien para muchos puede ser hacer una montaña de un grano de arena, a mí me afectó demasiado (y mira que luché porque no fuera así).

Entonces, tras un par de meses de "estabilización" decidí hacer algo que llevaba queriendo hacer desde hacía casi diez años: apuntarme a Crossfit.

Yo vivo en Alcobendas, donde hay varios box de Crossfit (y eso si no sumamos los de San Sebastián de los Reyes), aunque siempre había tenido en mente Quimera Crossfit (supongo que porque los conocí desde que colgaron el cartel de "Próxima apertura" allá por 2009 o incluso antes.

Pues bien, yo esta disciplina ya la conocía aunque únicamente por los comentarios (buenos y malos, todo hay que decirlo) que había leído por las redes sociales, medios de comunicación, amigos y conocidos, etc. Sin embargo, como enfermo del ejercicio que soy (ya no sé qué más me queda por probar), decidí dar el paso sin pensarlo demasiado (tampoco tenía la cabeza para pensar en otras cosas).

Si os soy sincero, el día de la clase de prueba fui bastante nervioso, ya que no recuerdo la última vez que entrené como cliente en un sitio donde no trabajaba. Esos nervios, ahora pensándolo en frío, no eran por cómo iba a ser el entrenamiento, o si iba a poder terminarlo. Ahora me doy cuenta de que esos nervios eran por si iba a ser aceptado como uno más. Había leído un sinfín de artículos donde se vanagloriaba la actitud de familia que había en todos los box, llegándola a tildar incluso de sectaria.

¿Iban a aceptar a alguien nuevo como si fuera uno más? Y si lo hacían, ¿cuánto iban a tardar en "fiarse" de mí?

Entonces se me presentó Edu, el coach con el que más trato tengo, e hizo algo que fue el detonante para convencerme de que ese era mi box: me preguntó si tenía alguna molestia, alguna lesión, si tenía experiencia entrenando, etc.

Eso dice mucho de un sitio donde se "juega" con la salud de la gente.

No os voy a contar cómo fue la primera sesión (que ya podía haber elegido otro día...) ni de cómo me dolían hasta las pestañas cuando el crono se puso a cero. En lugar de eso os contaré lo que pasó justo en ese momento. Acabé el entrenamiento y me quedé en cuclillas recuperando el aliento, cuando cada uno con los que había compartido el entrenamiento fue pasando a mi lado para chocar mi mano y felicitarme por el trabajo.

¿Sabéis lo que es sentirse solo, sentirse que no has hecho las cosas bien, que no vas a salir del agujero y que de pronto alguien te valore?

Acabé los estiramientos y, aunque me cueste reconocerlo, acabé en el vestuario soltando unas lágrimas como un bebé.

Al día siguiente (dejemos de lado las agujetas infernales que sentía en cada centímetro de mi cuerpo) me di cuenta de que aquel lugar repleto de hierros, barras, y demás juguetes, podía ser mi vía de escape (tenía todo muy reciente aún).

Ahora, seis meses después lo veo todo con otros ojos, con otra mentalidad. Empecé yendo aislado en mí mismo sin querer saber nada de nadie (aunque en realidad no era lo que quería) y en ocasiones pensaba en abandonar el WOD porque mi cabeza estaba en otro sitio.

Sin embargo ahora ya veo la superficie del pozo por el que llevo escalando estos meses. Tengo ganas de llegar al box para ver a mis compañeros y analizar el entrenamiento en los cinco minutos que nos quedan para empezar a calentar. Ahora me doy cuenta de que sonrío, de que bromeo, de que quiero mejorar más y ayudar a que lo hagan los que me rodean, de que me da pavor ponerme malo o lesionarme por no poder ir a entrenar.

Pero bueno, dejando de lado el aspecto más personal del Crossfit (aunque estoy convencido de que Quimera Crossfit Alcobendas y su gente tiene mucho que ver), quiero remarcar también lo referente a la profesionalidad y "seriedad" (sí lo pongo entre comillas porque hay más de uno y de una que se lo debería hacer mirar :-D) de los que trabajan allí.

Algo que me llamó mucho la atención y que, si ya estaba convencido, ahora los confirmo 100%, es cómo están organizados los entrenamientos. Me he dado cuenta de que no se deja nada a la improvisación, y que se ve un gran trabajo detrás a varios meses vista. Me explico, por lo menos en este box, no hay un entrenador que el día anterior se sienta delante del ordenador a pensar a ver qué se inventa para el día siguiente. Se ve que hay una buena periodización, tanto en mesociclos como en microciclos, y que cada sesión está diseñada al detalle.

Y eso fue otra cosa que me llamó la atención. Cada entrenamiento está creado con cabeza, coordinando a la perfección músculos agonistas y antagonistas para evitar la sobrecarga (o para forzarla) dependiendo del WOD de ese día. Además, para cada ejercicio, por muy difícil que se antoje, tiene varias adaptaciones apta para todos los públicos.

También quiero destacar que en cada clase el número de alumnos está limitado, lo que facilita la tarea del coach a la hora de corregir y aconsejar.

Luego están los Open Box, horas señaladas en las que puedes ir por tu cuenta a practicar la técnica o lo que te apetezca. Siempre va a haber un coach al que le puedas consultar. ¿Y sabéis qué? ¡Que está encantado de ayudarte!

Llevo más de doce años trabajando en gimnasios como para no haberme dado cuenta de la cantidad de "entrenadores" que trabajan sólo por recibir el sueldo al final del mes.

¿La diferencia en Quimera? Que adoran su trabajo y se desviven porque adores su entrenamiento. Imagino que como yo, como todos, los coaches tendrán sus problemas, que saben dejar a la perfección fuera del box. Nunca he visto una mala cara, un comentario borde, una burla con mala intención. Sólo quieren que mejores, y eso, hoy en día, es de admirar.

Después de todo este rollo, que espero que haya ayudado a alguien que esté pensando en dar el salto al Crossfit, sólo me queda dar las gracias a todo el equipo, a mis compañeros y a Edu, que aunque no me deje ayudar y no me abra con facilidad, sé que su intención es la mejor y se lo agradeceré siempre.