Mi Crianza con Apego

Por Mamá Futura @MamiFutura

A estas alturas del blog… ¿a alguien le queda alguna duda de que sigo los principios y los preceptos de la crianza con apego? ¿Hay alguien que todavía no sepa que creo firmememente que a un hijo no sólo hay que amarlo sino demostrarle que se le ama?

En cualquier caso… por si acaso, aquí vengo a contaros cómo crío yo personalmente con apego.

Besos, muchos besos y más besos y besos infinitos. Ahora que todavía no puede defenderse ni tiene motivos para pedirme que deje de ser pesada, le beso todo y más de lo que puedo. Papá Fúturo asegura que le tengo agobiado, pero yo seguía dando besos y más besos. ¿Qué he conseguido con esto? Cuando está muy cansado y, por tanto, muy pesado, le doy besitos en la carita, los mofletes, la nariz, la barbilla y… ¡¡se queda dormido!! Me lo ha hecho dos veces y todavía no me lo creo, pero le relaja tanto que yo le bese que cierra los ojitos, se deja besar y todos felices (menos Papá Fúturo que odia el ruido de los besos).

Porteo, mucho porteo y más porteo. Lo cargo a todas partes, si no es en mochila, es en bandolera, pero a todas partes va cargadito conmigo, o con Papá Fúturo. Se le nota relajado mientras va cargado. A veces en carro también, pero yo prefiero portearlo y es algo que ya el resto de la familia ha aceptado como sempiterno.

Teta, mucha teta y más tetita. Para todo, cuando le duele algo, cuando se despierta, cuando se duerme, cuando se aburre… Yo llegué un día a ir con la teta fuera en medio de un centro comercial y sin inmutarme, sólo me tapaba el sujetador, pero la camiseta, por el escote, tenía toda la teta fuera. Me lo dijeron mis acompañantes y fue un: “Ah, vale. Jijiji, es verdad” y si no… llego a casa con la teta fuera. ¡Total! La iba a tener que volver a sacar.

Colecho… Lo meto en la cama cuando se despierta por las noches, pero dormir duerme en su propia cuna, aunque sí en nuestra habitación. Creo que ambos estamos más a gusto durmiendo cada uno en su sitio. Aunque hay noches en los que directamente se queda en mi cama porque me quedo dormido con tanta teta fuera.

Juego, mucho juego y más juego… Y esto sólo va en aumento según él se va desarrollando. Antes sólo era cantando, cantaba mucho. Ahora canta él y los demás le secundamos. Pero lo que realmente le gustan son todos los juguetes musicales, se queda con una cara. ¡Madre mía cómo le gustan! El sonajero musical, el piano musical, el móvil de la cuna… ¡¡todo!! Lo mira y cuando se habitúa a la música, golpea con fuerza todo y quiere más y más y más.

Mascotas, muchas mascotas y más mascotas. Me encanta que se relacione con animales y tenemos la suerte de que a los sitios que más frecuentamos, hay perros y en casa tenemos una gata. Ha aprendido que si llama a la gata, la gata se acerca. Todavía no es muy suave con ella, la agarra porque la quiere mucho y la gata se asusta y huye. Pero a veces que él está más tranquilo la gata se acerca y se restriega contra su pie, cosa que él observa con su cara de curiosidad incesante. Y a los perros… los mira muy fijamente y cuando se acercan y le lamen la cara, se asusta mucho y le encanta. Tanto que ahora cuando ve algo que le gusta saca la lengua y finge lamer el aire.

Y así pensamos descubrir el mundo: juntos, con mucho amor, cariño y respeto.