Los lectores habituales del blog ya sabéis que, además de la literatura y la lectura, otra de mis pasiones es el cine. En esta ocasión os traigo una crítica de la película Un día perfecto, película española, del año 2015, filmada originalmente en inglés y protagonizada, entre otros, por Tim Robbins, Benicio del Toro, Sergi López y otros tres o cuatro buenos secundarios. La película se sitúa en la guerra de la exYugoslavia y los protagonistas son miembros de una ONG que trabaja en labores de ayuda a la población afectada por el conflicto, en medio de serbios, croatas, partisanos y cascos azules.
Sobre este telón de fondo, "Un día perfecto" nos cuenta una historia cotidiana, de las que les ocurren a los cooperantes en aquella peligrosa y compleja frontera. El punto de arranque es la aparición de un cadáver en un pozo de agua potable en una región rural y montañosa, un cadáver que deben sacar para poner nuevamente en funcionamiento el pozo, pero que, por una serie de circunstancias y peripecias (como no tener una cuerda adecuada), resulta mucho más complicado de lo que al principio parecía.
"Un día perfecto", que está basada en una novela breve de Paula Farias, Dejarse llover, y muy desarrollada en el guión posterior, tiene poco que ver con el estilo de la mayoría de producciones del cine español. Y no sólo porque los actores sean, casi todos, extranjeros, sino por la historia y por la forma de contarla. De muestra, un botón: no hay una sola escena de sexo. ¿Raro, verdad? Alternando el drama (por la violencia de la situación que se cuenta) con la comedia (a cargo de las relaciones, personalidades y humores de los cooperantes), la película se hace no sólo entretenida, que ya es mucho decir en los días que corren, sino también emocionante, y nos lleva a meternos dentro del grupo de cooperantes y ser uno más con ellos.
El grupo, por cierto, encabezado por Benicio del Toro y Tim Robbins, está formado por gente desarraigada, con caracteres diversos, muy bien definidos, e historias personales que se esbozan poco a poco, sin terminar de contarse del todo. Las relaciones entre los cooperantes, sus sentimientos e impresiones ante la situación que viven, y las conversaciones que mantienen, algunas excelentes, forman el núcleo más potente de la película y le dan ese plus que la rescata de la mediocridad.
Tampoco es ésta una película al uso de las escasas que hay sobre el tema de la cooperación en zona de guerra, pues no nos muestra a los protagonistas en medio de combates tremendos, secuestros, fuego cruzado, explosiones, etc., aunque no por ello la atmósfera amenazadora, de inminencia de la desgracia, de violencia contenida, o incluso explícita (no hacen falta tiros y balas para conseguirla), no deja de estar presente a lo largo de casi todo su metraje.
No es una película de muchos medios económicos, pero no se echan en falta. En ningún momento se percibe que falten extras o que los efectos sean de mala calidad. La fotografía es buena, las localizaciones también y la banda sonora una maravilla, en especial la canción que la cierra, interpretada por la voz ronca y quebrada de Marlene Dietrich: Where have the flowers gone.
En resumidas cuentas, una película que vale la pena ver.