Mi depresión y yo, preludio de una muerte evitable

Publicado el 23 abril 2019 por Carlosgu82

Para ti.

Adiós, debo decirte adiós. Debo desterrar cada señal de ti, debo despedirme de tu aroma, de la sensación de tenerte a mi lado.

Tú mi aterradora compañera fiel, siempre a mi lado, acompañando cada momento, cada instante.

Tú la primera en estar al despertar, la última al marcharse al dormir.

Tú que pudiste atraer a las personas más valiosas junto a mí; tú que las alejaste con el mismo ímpetu. Arrasadora, mi atención en ti.

A quién llamaré cuando ya no estés, y necesite la fría caricia de tu soledad.

Debo decirte adiós, a ti que me conoce como nadie, mi yo más débil, mi yo más frágil, mi yo más temeroso. Nunca me juzgaste, nunca te burlaste de mí, y aún así, debo decirte adiós.

No puedo olvidar cuando llegaste a mí, yo desolado, triste, angustiado; tú, impetuosa, segura de querer estar junto a mí. Prometiste nunca soltarme la mano, y hoy, yo te pago con tu destierro, deseando te largues lo más pronto de mi vida. Aún recuerdo cuando llegaste a mí, desde entonces supe que estaríamos juntos por mucho tiempo, supe que seríamos inseparables, nuestra unión irrepetible.

Te alejo de mi vida, porque ya no deseo tenerte amiga mía.

Te destierro de mi vida porque he encontrado una mejor manera de vivir, viviendo, respirando todo aquello que me asfixiaba junto a ti.

Te destierro de mi vida porque tu compañía me estaba matando, porque eras celosa y no permitías a nadie junto a mí.

Te destierro porque estoy cansado de pensarte, de tenerte, de que seas parte de mí.

Te destierro esperando no extrañarte, seguro de no querer tenerte más junto a mí.

Te digo adiós con una sonrisa de temor, de angustia, de desolación, porque hoy me doy cuenta que me hiciste crecer, madurar, fortalecerme en las raíces de ti, de tu esencia pura, honesta, desgarradora.

No te odio, no te amo. Te agradezco haber estado conmigo, mostrarme lo peor de mí, de las personas que me rodearon y se fueron. Por mostrarme lo mejor de mí, de las personas que me rodearon y se quedaron; pero tú, tú no, no te puedes quedar.

Adiós depresión, te destierro porque deseo vivir libre de ti.