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Por Santiago estuve sólo de paso. Tenía un día y medio entre Atacama y mi vuelo a Punta Arenas que coincidió con Fiestas Patrias. Sí, sí, mi único día en Santiago coincidió con la mayor fiesta Nacional, con lo que la ciudad estaba, según me contaron, vacía.
En Santiago, tuve el mejor anfitrión que me pude imaginar. Espero que os acordéis de Cristian, que anduvo por los Annapurnas con nosotros durante algunos días. Así que no podía dejar pasar la oportunidad de verle en esta ocasión.
Cristian y su compañero de piso me vinieron a buscar al aeropuerto y me dejaron en el apartamento donde me quedaría esa noche, que estaba en Providencia, a sólo dos manzanas de donde ellos viven. Un barrio tranquilo, luminoso y lleno de cafeterías, todas cerradas por la festividad. En seguida me volví a reunir con Cristian que me iba a llevar a conocer a su familia que vive en las afueras y que estaban celebrando el primer cumpleaños de su primo más pequeño!La madre de Cristian nos recibió con la mejor de las sonrisas, la de madre, y un plato de arroz con pollo y ensalada calentito y listo para comer. Después, pasamos a la sala donde íbamos a celebrar la fiesta para el pequeño Salvador. Habían preparado montones de globos, un castillo hinchable y una mesa cubierta de regalos. En realidad también era el cumpleaños del padre de Cristián pero claro, el benjamín de la familia acaparó todas las atenciones. Aún así, ambos soplaron velas y todos disfrutamos de los increíbles dulces que la hermana de Cristian había preparado con gran esmero y cariño. Creo que podría haber comido sus alfajores hasta morir feliz de la diabetes.
Al día siguiente experimenté mi primer temblor Chileno des del 22º piso de mi apartamento. Tube reminiscencias de cuando estábamos en Nueva Zelanda, aunque allí la sensación de náusea y mareo siempre acababa antes porqué nunca nos encontrábamos en edificios de tal altura y la oscilación acababa mucho antes.
De nuevo me encontré con mi anfitrión de lujo y fuimos de nuevo con su familia. Pero hoy celebrábamos el día grande de las Fiesta Patrias, el 18 de septiembre, día en que se celebró la primera junta del gobierno de Chile y que desencadenó el proceso que finalmente separó el país del imperio español. Me habían prometido un auténtica fiesta chilena familiar. Mejor sería que no desayunase si se parecía en algo a las de mi casa.
Y sí se pareció. Cada miembro de la familia tiene sus funciones. Los hombres se encargan de lo que tiene que ver con fuego: el asado, el horno para las empanadas. Las mujeres preparan las ensaladas, pican el pebre (el acompañamiento por excelencia del pan en Chile, se trata de una picada de cebolla, tomate, perejil, ají y ajo), cocinan el relleno de las empanadas (el pino: cebolla muy hecha, carne picada, una oliva y huevo duro), las montan y cocinan el mote con huesillo (que es un postre a base de trigo cocinado y melocotones secos rehidratados en sirope que se sirve frío). Los jóvenes preparan el terremoto que es la bebida de estas fechas preparada con vino blanco Pipeño, Fernet, helado de piña y un chorrito de granadina.
Tube la gran suerte de poder ayudar haciendo las empanadas y de disfrutar de unos platos tan ricos. Pero sobretodo me sentí afortunada de sentirme como en casa para unas fiestas que de otro modo no hubiese entendido ni disfrutado. Muchas gracias a todos! Les veo muy pronto, familia!Marina y EnriqueEnglish versionA DAY AND HALF IN SANTIAGOSantiago was going to be just a stop over on the way from Atacama to Punta Arenas. I only had one day and it was the highlight of the National holiday of Fiestas Patrias. Yeah, my day in Santiago was the biggest celebration of the year and the city was, apparently, empty for that date.In Santiago I had the best host I could imagine. You may remember Cristian who we met in Nepal while hiking the Annapurnas circuit. I couldn't´t miss this chance to see him and catch up again.Cristian and his flatmate picked me up at the airport and we all went back to Providencia where my apartment was and where they also live only 2 blocks away. Providencia seems a quiet, bright and cute neighbourhood full of cafes, all of them closed for the holidays. Right after dropping my stuff off I joined Cristian again. I was going to meet his family. They live in the outskirts of the city and we were going to celebrate his youngest cousin´s first birthday!
Cristian´s mum welcomed us with the best mummy smile and a plate of rice, chicken and salad ready for us. After that we all moved to the hall where the party was happening. They had lots of balloons, an inflatable castle and a table covered with presents. Actually, Cristian´s dad was also turning a year older but of course the youngest cousin was catching the most of the attention. They both blew candles, we sang, they unwrapped their presents and we all enjoyed the incredible baking that Cristian´s sister had prepared. I could honestly eat her alfajores until a sweet death of diabetes.
The morning after, I experienced my first shake in Chile from the top of the 22nd floor where I stayed. That reminded me of New Zealand but there the feeling of nausea and dizziness was always shorted since the buildings were never that high and the oscillation would end way faster.
I met Cristian again to join his family but today we were going to celebrate the 18th of September, the date when the first Chilean Government was constituted, the first step to Chile´s break from the Spanish empire. They promised the day before that we would have a real Chilean family celebration. If it was to be similar to my family´s parties, I should better not have breakfast.
And, hell yeah, it was! Each member of the family had a task. Men were in charge of anything related with heat: the asado, the oven for the empanadas. Women prepared all the salads, chopped the pebre (the usual spread for bread in Chile which is tomato, onion, garlic, chilli and parsley chopped in little cubes), they cook the filling for the empanadas (named pino: slow cooked onion, ground meat, an olive and pieces of boiled egg), stuff them and prepare mote con huesillo (a dessert made of cooked wheat and rehidrated dried peaches served in light syrup). The youngest members play around and the teenagers and young adults prepare terremoto for everyone which is a drink that literally stands for earthquake. It takes the idea of a spider, but they use white young pipeño wine instead of a fizzy drink, it´s topped with a scoop of pineapple ice cream, some Fernet and a splash of grenadine.
I was so lucky to learn to make empanadas and eat the delicious food they all putted together. Furthermore I couldn’t be more grateful for being included in such a wonderful family celebration as one more member. Thanks a million times and see you all again very soon! I love you all!Marina y Enrique