Diariamente, cuando subo al autobús para dirigirme al trabajo, veo en las calles una gran infinidad de personas, tan elegantes y tan distinguidas, que yo quisiera ser tan solo… como una de ellas, ¡¡¡la que sea!!!
También veo todos los días, autos muy lujosos, circulando por las calles y avenidas y de igual manera: tan solo de verlos me dan ganas de tener uno igual. Lo mismo me pasa al ver residencias preciosas, casas de lujo y también veo en revistas, lugares tan bonitos, que hasta sueño con ellos, disfrutándolos con mujeres hermosísimas que quisiera poseer y así como esto que les platico, muchísimas cosas más, que me gustaría tener. No es envidia, tan solo siento que si puedo hacer realidad todos estos sueños.
Yo soy una persona común, como la gran mayoría, también soy fervoroso creyente y esto me ha puesto en un verdadero dilema:
Soy muy trabajador y no me pesa hacerlo, mucho menos quejarme del trabajo; pero no gano lo suficiente para disfrutar todo lo bueno que veo y que realmente deseo.
Creo en mí, en mis fuerzas, en mis convicciones y en mis ganas de triunfo… Creo que si puedo lograr algo de lo que anhelo, pero por más empeño que pongo no se me quieren dar.
Así que he decidido poner todo en manos del poder celestial. Es tan difícil creer en uno mismo (lo dicen todos y yo también)… Y es tan fácil y sencillo creer en el cielo; que he decidido pedirle, con muchísima fe, la realización de todo lo que anhelo… pues yo sé, que existe ahí, un poder infinito que me dará todo lo que anhelo y que por fin resolverá mi dilema.
JO$E LUI$ M.B.