“No hagas de cada hecho una tragedia”, aconseja un cercano. Ser cercano es el que se permite bajar las expectativas y dar paso al diálogo fluido que posibilite desplegar el escenario del drama interno para descubrir un nuevo evento.
Querer decir. Querer hacer. Simplemente querer. Expresar lo que nos ocurre, nos pasa, se nos hace carne para que de esa expresión salgan los sentimientos y las consecuencias de los actos.
Sólo el tiempo establece en su lugar a la distancia entre la idealización de la mente y la efectivización del hecho consumado.
Muchas veces, la manera de superar un problema no es empecinándose en él, sino dejando que se airee, restándole su relevancia, faltándole el respeto al inconveniente, aceptando lo real, sin problema alguno.
Talón de aquellos que se planta en las bases y echa raíces.