Mi embarazo: semana 10

Por Lectoraprofeymama

La semana diez ha sido de infarto, aunque por motivos ajenos al embarazo. He estado a punto de no llegar a este resumen semanal, pero no quiero perdérmelo y he conseguido sacar un rato. Acabo de cumplir la semana once y me doy cuenta de que estos últimos siete días han girado alrededor de cosas ajenas a mi embarazo. Aún así, voy a contaros cosas, que hay novedades:

Imagen tomada de babycenter

 Nuestro bebé: En la semana 10, el bebé ya empieza a ser bastante grande: mide 3,1 centímetros (tiene el tamaño de un dátil) y pesa 4 gramos. El saco vitelino está empezando a disminuir y su cerebro se está desarrollando mucho. Sus deditos ya están diferenciados entre sí y sus orejas van tomando forma. También se está creando su diafragma. ¡Algún día gracias a eso podremos escuchar su voz!

 La barriga crece, el peso baja: Empieza a costarme disimular esa barriguita incluso con ropa. ¡He leído que mi útero tiene ya el tamaño de un pomelo! De momento no parece tripa de embarazada, supongo que la mayoría de la gente piensa que he engordado un poco últimamente. Sin embargo, el peso sigue bajando: ahora peso casi un kilo menos que cuando me quedé embarazada.

 Molestias en el pecho: Sigue hinchado y sensible.

 Náuseas… y vómitos: Lo de las náuseas lo tenía controlado, pero han surgido tantos temas que he vuelto a sufrirlas algunos días. Lo peor fue hace tres noches, que me tomé un zumo de naranja queriendo disipar las náuseas y al final acabé vomitando. ¡Y yo no soy en absoluto de vómito fácil!

 Un pan bajo el brazo: Dicen que los niños vienen siempre con un pan bajo el brazo. Pues en mi caso parece que es verdad: primero me salió aquel proyecto de redacción web que aún estoy terminando… pero eso no es todo. No he tenido ni ocasión de contarlo: el pasado lunes me llamaron para una entrevista de trabajo urgente en un cole (para sustituir a una profe de baja) y el martes me confirmaron que me habían seleccionado y empezaba el miércoles. ¡Todo eso con el otro proyecto aún abierto! Estoy durmiendo muy pocas horas para intentar llegar a todo y aún me queda por delante un largo fin de semana ante el ordenador… Pero también estoy muy contenta. Aunque no son trabajos a largo plazo, me van entrando cosillas que suponen algunos ingresitos para los gastos del bebé, por ejemplo.