Mi embarazo: semana 20

Por Lectoraprofeymama

La semana 20 empezó siendo emocionante y terminó muy amarga. Al principio, la sensación de haber sobrepasado el ecuador, de que ya hemos vivido la primera mitad del embarazo y que ya lo que queda es siempre menos que lo que hemos pasado… abrumaba la sensación de cuenta atrás. Después, el jarro de agua fría. Como comentaba ayer, nos trataron mal en la ecografía y, aunque ya estamos tranquilos, a mí me ha quedado en el cuerpo una sensación muy desagradable. Siento como si me hubiesen manoseado, me siento agredida. Es un final muy amargo a una semana que tendría que haber sido preciosa. Al menos me queda la esperanza de que la siguiente sea mejor.

Paso, sin más preámbulos, a contaros cómo ha ido la semana. Por suerte, ya tenía gran parte de la entrada escrita antes del mal trago… ;)

Imagen tomada de babycenter

 Nuestro bebé: los libros y páginas que consulto dicen que a las 20 semanas el feto suele medir 25,6 centímetros (desde la cabeza hasta el pie) y pesar 300 gramos. Nosotros hicimos la eco estando de 20 semanas y 5 días, y nos dijeron que medía 21 centímetros y pesaba 360 gramos. Lo dejamos en cuarentena hasta «la ecografía buena». El bebé está desarrollando patrones regulares de sueño y vigilia, aunque aún no siento sus movimientos con tanta frecuencia como para conocerlos. Nos dijeron el sexo, pero no nos fiamos, así que hablaré por los dos: si es niño, sus testículos están empezando a descender hasta el escroto; si es niña, su útero está completamente desarrollado. La placenta ha alcanzado su máximo grosor, y está en pleno apogeo de su actividad: debe proporcionar oxígeno y energía suficientes para que el bebé siga creciendo semana a semana y además hacerse cargo de todos los desechos.

 Barrigón: no hay lugar a dudas, estoy embarazada. Tengo andares de embarazada y barriga de embarazada (pequeña aún, pero ya no puede ser fruto de atracones, pues tiene la forma característica y ya sobresale más que mis pechos).

 Tensión en el vientre: cuando paso un buen rato de pie, noto que me molesta el vientre. Tengo la sensación de que es un dolor de tipo muscular, así que no le doy demasiada importancia. De hecho, si me siento o me sostengo la barriga con las manos siento mucho alivio.

 Piel seca: necesito echarme crema hidratante por todo el cuerpo (yo nunca soy constante con las cremas). La piel de la barriga me tira bastante (los pechos no tanto), así que además del aceite de almendras que uso en la ducha algunos días me pongo crema hidratante de avena antes de dormir. El día de la ecografía no me eché nada (leí en alguna parte que la crema hidratante puede interferir en la calidad de la imagen) y lo pasé fatal, todo el día con sensación de tirantez.

 Encías sangrantes: yo siempre he sangrado un poquito al lavarme los dientes, pero ahora mismo es pasarme el cepillo y parezco Hannibal Lecter. Me resulta un poco incómodo, ¿debería comprar un cepillo de dientes más suave para estos meses? Normalmente uso el de dureza media.

 Soy una glotona: tengo mucha hambre y no dejo de picotear, y claro, estoy engordando todo lo que no engordé antes. De momento sigo por debajo del peso permitido, pero claro, si tenemos en cuenta que al principio perdí peso, no hay que despreciar la subida de estas últimas semanas. Me consuela saber que también contribuye la ansiedad: en pocas semanas me examinaré de las oposiciones y claro, me da por comer. Cuando todo pase, tendré más tiempo para hacer ejercicio y dieta sana.

 Sentimientos inexplicables: no he sufrido muchos cambios de humor en el embarazo, pero ahora, cuando los libros dicen que suelen estabilizarse poco a poco, yo me doy cuenta de que mis sentimientos no siempre concuerdan con mis pensamientos o mi estado mental. Me ha pasado varias veces, de pronto tengo ganas de llorar sin ningún motivo. Estoy sola, en medio de una tarea, y de pronto me siento triste. Es desconcertante.