Desde que estoy embarazada, los lunes han dejado de ser el típico día horrible de vuelta a la rutina por el simple hecho de que es el día en el que cumplo semanas. Me encanta cambiar el número de la pizarra de nuestra cocina, viendo la cuenta atrás que hay para ver a Bichito. Hoy, 14 de septiembre, faltan 3 meses exactos para mi fecha probable de parto, que está estimada en el 14 de diciembre.
¿Y sabéis que? ¡Me parecen eternos! Quiero que pasen ya y poder tener a mi niño en brazos de una vez.
Así ha sido mi 27ª semana de embarazo:
- Asco a según qué comida
La cosa no cambia. No soporto ni el pollo ni el pescado. Además, los domingos se convierten en un día difícil, pues hay un establecimiento de pollos asados cerca de mi casa y me viene todo el pestuzo. ¡Qué complicado!
- Pechos
Esta semana me han dolido los pezones. De repente un día me empezó a molestar el simple roce con la camiseta. Y no veo que haya ningún cambio. Siguen como siempre. Grandes y oscuros.
- Flujo
Esta semana he tenido la sensación de que ha disminuido la cantidad de flujo. Quizás tiene algo que ver que ya no hace tanto calor y ya no me suda la entrepierna como antes, y probablemente confundiera sudor con flujo, no lo sé.
- Dolor de espalda
Estando acostada en la cama es como más me duele. Me despierto por las noches para levantarme a descansar, muerta de sueño. Ya no sé como ponerme con Winnie, pero tampoco sé que haría sin él.
Y las caderas… ese dolor es el que hace que esté irascible y cabreada la mayor parte del tiempo. Y es que ¡duele mucho!
Sea lo que sea, se acerca octubre, fecha en la que tenía pensado ir a ver a mi doctora de cabecera. Aún no sé qué le diré, me aterra que me diga que soy una quejica, que me vuelva para casa y siga trabajando, pero solo de pensar en la silla del trabajo, me entran los mil males.
Mañana tengo visita con la matrona. También se lo comentaré a ella a ver que me dice o me aconseja.
- Tránsito intestinal
La semana pasada que estuve con la dieta preparatoria para el TTOG, fui al baño hasta dos veces al día, y es que claro, con esa cantidad de comida, ¡es imposible no sacarlo todo!
Cuando dejé la dieta, estuve un par de días sin visitar al baño, pero ya he vuelto a la normalidad. Los cambios en la dieta se notan en las visitas al Sr. Roca.
- Ganas de hacer pipí
Es muy curioso porque a veces aguanto mucho rato mucha cantidad de pipí, y otras no aguanto y resulta que caen 4 gotas. Todo un misterio.
- Síndrome del túnel carpiano
No ha desaparecido. Sigo despertándome con una o las dos manos dormidas, y sin estar durmiendo sobre ellas ni nada. Por suerte no me pasa durante el día. Si me pasase trabajando ya sería el colmo.
- Nariz sangrante
A principios de la semana pasada tuve 3 o 4 episodios de mucha sangre por la nariz. En una de esas, yo estaba trabajando y hablando con mis compis, y me noté que me caía algo por la nariz.
Es una sangre tan roja y escandalosa que mis compis se preocuparon. Tuve que decirles que era un síntoma más de preñá y que no pasaba nada.
- Ardor
Aumentando de frecuencia, el ardor no me abandona. El sábado comimos pasta a la rabiatta, y fue una malísima idea juntar una comida que de por sí produce ardor con un estómago ardiente de serie.
Simplemente me aguanto, porque ahora la leche me calma un rato, pero enseguida vuelve.
- Antojos
Pipas. Sigo con las pipas que me apetecen a todas horas. Pero no sé si es un deseo tan fuerte como para llamarlo antojo.
Antojo quizás fue el gofre que me comí el sábado por la mañana y con el que llevaba pensando desde el martes pasado. Si, gofre con Nutella.
- Miedos
El otro día me dio la llorera. Últimamente estoy muy sensible, soy una montaña rusa. Me siento como cuando estoy premenstrual pero multiplicado por 100.
Me dio miedo. Miedo de no ser una buena madre, de no saber hacerlo bien. Miedo de no disfrutar al 100% todos y cada uno de los segundos de vida de Bichito. Porque soy consciente de que, aunque quiera un segundo hijo, va a ser difícil, y sé que puede ser que no lo tenga. No quiero perderme nada, quiero fotografiar mentalmente todos y cada uno de nuestros momentos.
Me dio miedo de la depresión postparto, ¿y si después de haberlo deseado tanto tanto tantísimo me pasa algo así y soy incapaz de disfrutarlo? Porque soy consciente de que el primer mes es el más duro, ese mes tabú del que pocas mujeres hablan, y me da miedo no saber llevarlo de la mejor manera posible.
El sofoco se me pasó, pero sigo teniendo mucho respeto por el temido puerperio.
- Movimientos de Bichito
Siguen a tope y a mi me encanta. Además, por las mañanas empieza a moverse siempre un poco antes de que suene mi alarma, pero como yo ya estoy despierta desde hace rato, me dedico a disfrutar y a sonreír en la oscuridad.
A raíz del ecocardiograma que hicimos y saber en qué posición está, cuando se me apuntala hacia un lado, sé que eso es la cabeza, y me acaricio la barriga por esa zona imaginando que acaricio la cabeza de mi bebé.
Podéis ver aquí los síntomas de la semana 26 de embarazo.