Yoga, esa técnica relajante y feliz
Hace tiempo que venía pensando en que me vendría muy bien conocer alguna técnica para estar relajada y el yoga siempre me había llamado poderosamente la atención. Tras haber hecho 10 minutos, sólo 10 minutos, sobre un vídeo que he encontrado en Youtube para iniciarme en esta ancestral técnica, puedo decir que mi desconocimiento era como un castillo de grande.
Siempre había entendido el yoga como una forma de relajarse. De hecho, cuando ves a gente hacer yoga está relajada, descansada y con cara de super feliz. Ni parecido a lo que yo he hecho en el salón de mi casa. ¿Relajada? Ni muchísimo menos. ¿Descansada? Me he mareado en tan sólo 10 minutos de ejercicios y me han dado calambres. ¿Super feliz? Mi cara reflejaba cualquier cosa menos felicidad.
Amigos, si queréis practicar yoga, cuidado, no os pase como a mí que me he llevado un chasco infinito.
Muy concienciada estaba yo ayer por la noche buscando un video adecuado a mi nivel de principiante. Como no tengo esterilla aquí decidí que una alfombrita sería más que suficiente. Durante la tarde había visto ya algún vídeo y misteriosamente me parecía bien fácil y relajante cada movimiento que la profesora hacía… que le he dado tan contenta al Play.
Primero, la profe-tube me ha dicho que me sentara en la posición clásica para desarrollar esta técnica y que pusiera mis manos en mis rodillas. Es decir, como cuando los budistas meditan. Eso lo pude hacer sin ningún problema. Después, que si los brazos para delante, que si ahora para arriba, que si ahora para atrás, que si respira, espira, respira, espira… hasta ahí ya me creía yo la reina del yoga en Milán señores. Cuán lejos de la realidad estaba…
Intentando hacer yoga en el salón
Cuando comenzaron los siguientes ejercicios empezaron los problemas. La profe-tube me dice que me ponga como un perrito y que levante mi mano izquierda y mi pierna derecha. ¡Dios bendito!! ¿Alguien lo ha intentado?? He visto peligrar tanto mi cuerpo intentando mantener el equilibrio que me ha parecido de una dificultad digna de gimnasia rítmica en las Olimpiadas amigos!!. Y lo peor estaba por venir… cuando había conseguido suficiente equilibrio para estabilizarme con una mano y una pierna, empiezan los ejercicios del infierno… esos en los que tienes que formar con tu cuerpo una V invertida que ellos llaman “el perro”. Y de una cosa que parecía tan simple, me ha hundido psicológicamente al toparme con la realidad de mi flexibilidad.
Mientras intentaba seguir paso a paso, aunque a mi manera, los ejercicios de la profe-tube con la cabeza habia abajo, me he dado cuenta que me estaba mareando de tanto mirar hacia abajo… No es broma. Me he tenido que sentar en el sofá y ver cómo la había ella tan ricamente.
Después han venido los ejercicios en los que pareces que vas a hacer una zancada gigante y tocas con tus manos el suelo. Y entre un ejercicio, el otro, que si estírate, que si siéntete la columna vertebral (cuando yo sólo sentía mis piernas empezando a temblar), que si respira, espira, inspira (se me había olvidado hasta respirar, cómo iba a darme cuenta de la respiración si mi único objetivo era no caerme contra el suelo?), que si estírate (que me han dado calambres en ambos gemelos de las piernas y he tenido que volver a parar!) y siéntelo… a los 10 minutos he tenido que abandonar mi sesión de yoga para principiantes. Ni me he relajado (de hecho diría que antes me he tomado un yogurt y creo que hasta me ha sentado mal) ni me siento más feliz (estoy mucho más triste ahora que he visto lo poco que me estiro, lo poco que inspiro, espiro y todas las demás cosas que hay hacer).
Como conclusión diré que mi experiencia con el yoga ha sido nefasta, que hay que estar entrenado para no hacer el ridículo y que de fácil no tiene nada de nada. ¡Suerte a los aventureros que se animen a probarlo!
Aquí os dejo el vídeo entrenamiento que he seguido los 10 primeros minutos.
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