Mi experiencia con Visionnaire de Lancôme, el sérum revolucionario

Por Auxi Rosae @beautybyauxi
¡Buenos días bell@s!
Una semana más aquí estoy al pie del cañón del teclado para contaros, en esta ocasión, mi experiencia con un sérum revolucionario que lanzó Lancôme el pasado año y que conocí gracias a que fui invitada al evento que la prestigiosa marca organizó en Valencia, en el famoso Umbracle de la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Ya sabéis que yo no creo en los milagros, ni en las promesas extraordinarias, por lo que, pese a todo el bombo y platillo con el que nos presentaron este producto, confieso que yo me mantuve medio – escéptica. Quizás porque llevo prácticamente desde que tengo uso de razón probando cosméticos, muchos de los cuales me han prometido el oro y el moro y al final… ni fu ni fa. Quizás por eso, por mantener los pies en la tierra y la cabeza en mi sitio, no tenía unas expectativas elevadísimas con respecto a este sérum y, en consecuencia, manteniendo una constancia férrea en su aplicación (esto es fundamental con cualquier tratamiento, os lo recuerdo), finalmente el muy maldito bribón me ha sorprendido para bien. ¿Os quedáis y os lo cuento con todo detalle?
El sérum Visionnaire cuenta entre sus ingredientes con la revolucionaria molécula LR 2412 4% - Cx, un exclusivo complejo de ingredientes activos. Esta fórmula está pensada para: -   Re – texturizar la piel. -   Alisar y corregir la apariencia de las arrugas, poros e irregularidades en la textura. Según nos informaron en el evento (y también podéis consultar en la ficha web del producto), estos resultados prometen hacerse visibles en 4 – 6 semanas con un uso continuado del sérum mañana y noche. Imagino que también será más efectivo en combinación con los otros productos de la gama, es decir, las cremas hidratantes de día y de noche Visionnaire. Una de los aspectos que más me importan de los cosméticos es su textura. Quizá sea la característica más relevante para mí, la que hace que o lo ame o lo odie, antes incluso de que se vean los resultados. No puedo con las texturas pesadas, “gomosas” o las que dejan residuos en la piel. Por ello, ver qué textura tenía este sérum me producía una intensa curiosidad y también desazón. Pues bien, para muestra, una foto de la misma:
No sé si se aprecia, pero se trata de un gel acuoso de consistencia lechosa. Es fresco y muy agradable de aplicar. ¿Lo mejor de todo? Se absorbe enseguida, a los pocos segundos es como si no hubiésemos puesto nada en la piel, peeeeeeeeeeero sí que se nota que lo hemos aplicado: la piel se siente muy lisita y, lo mejor, hidratada. Cuando descubrí esto, decidí que, aunque tardara más en ver los prometidos resultados, usaría Visionnaire solamente por la mañana. Para la rutina nocturna no me importa utilizar texturas más densas. Lo único que pido es no notar la piel resbaladiza, pegajosa o aceitosa. No me importa sentir que voy “embadurnada” de crema, pero que no me sienta incómoda. Ya os decía que para las texturas soy muy, pero que muy “especialita” yo. La textura ya me tenía ganada, primer paso fundamental para continuar utilizando el producto. Pero antes de hablaros de mi experiencia con él,  y tras este paréntesis, os cuento algunas cositas más de este sérum. Por ejemplo, ¿qué tal sus ingredientes? Os dejo directamente la foto del envase donde figuran los mismos: Como principal ingrediente, agua. También vemos alguna silicona, extracto de raíz de centeno, adenosina, etc… A mí lo que me sorprendió de veras de estos ingredientes es que me chivó Raquel woo que L’Oréal (casa a la cual pertenece Lancôme) tiene un sérum con una composición parecidísima a Vissionnaire y, además, mucho más barato que éste. El precio de Visionnaire es de 84 € el formato de 30 mL y 110 € el de 50 mL. Como siempre os digo, seguro que hay perfumerías on – line donde encontrarlos a un precio algo más bajo. Aún así, me parece un producto carísimo en el que yo, sinceramente, no invertiría ni un céntimo sin haberlo probado previamente y haber comprobado qué tal se comporta en mi piel. En este sentido, creo que es fundamental que las marcas pongan su empeño en poder proporcionar muestras a sus clientas antes de lanzarnos a comprar. No es lo mismo gastarse 20 – 30 € que 100 € en algo que luego nos va a dar reacción, o no nos va a gustar la textura. El sérum de L’Oréal no lo he probado, pero me lo he apuntado para adquirirlo próximamente y así os cuento si se parece a Visionnaire o si son como un huevo y una castaña. ¿Algo que no me gusta nada? El packaging. No porque no sea bonito y elegante, que lo es, y mucho. Pero de práctico no tiene nada. Es imposible “escurrirlo” bien cuando lo estamos acabando y me deja la sensación de que me dejo producto en las paredes sin aprovechar. Además, el hecho de no ver cuánto producto me va quedando me tiene siempre en ascuas… ¿cómo sé que estoy a punto de acabarlo? Con este tipo de envases sólo sé que llega un día en el que pulso y… ya se me ha terminado.  Con respecto al dispensador, nada que objetar, es un sistema de “pump” con el que controlamos perfectamente lo que vamos gastando. Bien, vamos con mi experiencia. Como os decía, empecé a utilizarlo solamente por las mañanas. Tenía un sérum en uso (el Hydrabio de Bioderma), por lo que, hasta que no lo terminé, no empecé con éste. Más o menos a primeros de este año fue cuando comencé con Visionnaire en mi rutina de cuidados. No esperaba grandes resultados en el corto plazo de tiempo que promete Lancôme (4 – 6 semanas), puesto que no lo iba a utilizar de noche. Por ello, me sorprendió que a los pocos días de empezar a usarlo notase la piel más lisa y uniforme tanto en textura como en tono. Ya lo he dicho alguna vez por aquí, ciertas zonas de mi rostro (nariz sobre todo, y mejillas) tienen una tendencia descomunal al enrojecimiento, a la mínima que notan algo de “disconfort”: cambio brusco de temperatura, humedad/sequedad en el ambiente, viento, etc… Para mi grata sorpresa, estas zonas estaban mucho menos “rojas”. Por otro lado, notaba la piel suavísima, muy hidratada, y al tocarla la textura era muy uniforme. Para no extenderme muchísimo más os hablaré primero de los poros y luego las “arrugas”. En cuanto a los primeros, debo admitir que no he notado una reducción significativa (ni no significativa) de los mismos. Mis poros siguen prácticamente igual. No es que sean muy grandes ni evidentes, pero en algunas zonas sí que son algo visibles. Como aspecto positivo, no se han ensuciado más ni me han salido granitos como resultado de la utilización de este producto. En cuanto a las arrugas, a mis 34 años aún no tengo grandes quebraderos de cabeza, la verdad. Las únicas que me tienen un poco alerta y que intento mantener a raya son las arrugas de expresión en la frente (la odiada “persiana”) y algunas que empiezan a salir en el contorno de ojos. Debo decir primero que este sérum lo he utilizado en conjunción con el Powerful Strenght Line – Reducing Concentrate de Kiehl’s, el cual empleaba por las noches. Imagino que entre los dos han obrado el, para mí, pequeño milagro de atenuar (que no quitar, ojo), las finas líneas que se me dibujan en la frente cuando me sorprendo y abro los ojitos en plan pececillo perplejo. Esto es todo un triunfo para mí, y es lo que me ha terminado de conquistar de Visionnaire. No ha hecho absolutamente nada por mis poros, pero ha mejorado muchísimo la textura y el tono de mi piel y, además, atenuado mis primeras arruguillas de treintañera. Esta review es post – mortem… terminé el serum hará un par de semanas con todo el dolor de mi corazón. ¿Repetiría con él? Si mi economía resurge a la par que la economía española, sin duda lo compraría y además en formato grande. Por ahora estoy utilizando otro que tenía en recámara y luego tengo apuntado en el de L’Oréal para poder compararlo con éste. ¿Habéis probado este sérum? ¿Alguna recomendación para que me la apunte en mi kilométrica lista de deseos cosméticos? Muchos besos y nos leemos la próxima semana (; ¡Gracias por todo vuestro cariño!
Auxi