Tengo dos niñas y son muy diferentes entre sí. Seguro que lo habrás escuchado muchas veces “son hermanas pero son muy distintas” “comparten papá y mamá pero no se parecen en nada”. Yo tengo muy claro que mis hijas no se parecen y aunque los principios básicos de mi crianza son similares con las dos, intento adaptar las circunstancias concretas a sus características y necesidades personales.
Por ejemplo, a la hora de aprender a nadar me di cuenta en seguida que no iban a aprender de la misma manera y de hecho así ha sido (y por eso precisamente quiero contártelo).
Había unos principios básicos que sí he querido que compartan:
- aprender a nadar debe ser agradable y divertido
- no se puede llorar para aprender
- se deben respetar los ritmos individuales sin presiones y sin meter prisa
- no se obliga a hacer nada que no se quiera hacer
Yo muero de pena cada vez que veo a niños llorando desconsolados en clases de natación o cuando veo monitores de natación que los tiran al agua a la fuerza aunque tengan miedo. Sinceramente no me parece una forma adecuada de aprender y desde luego no lo quiero para mis hijas.
Es posible aprender a nadar sin llorar, sin miedos, ni traumas.
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Y ahora si te apetece, te cuento cómo ha aprendido a nadar cada una:
Mi hija mayor (Pilar, 8 años)
- Empezó con clases de matronatación a los 6-7 meses
- Adoraba ir a natación así que cuando terminó la matronatación se apuntó a las clases normales de natación infantil (con dos años)
- Nunca ha tenido miedo al agua, de hecho, bañarse siempre ha sido un juego para ella
- Prefería bañarse en la piscina de mayores aunque se cansara y aunque no supiera nadar bien
- Aprendió a nadar sola sin ayuda (ni manguitos, ni corchos, ni churros…nada) a los tres años y medio
Mi hija menor (Alejandra, cuatro años)
- Nunca ha ido a clases de natación
- Le gustaba bañarse pero sólo con gente conocida y no le gustaba meter la cabeza debajo del agua hasta los dos años
- Se bañaba con manguitos y se lo pasaba pipa hasta que un día decidió que no los necesitaba más
- Prefería bañarse en la piscina pequeña (donde tocaba pie) y jugar allí con cacharritos o bucear “de mentira”
- Aprendió a nadar sola sin ayuda (ni manguitos, ni corchos, ni churros…nada) a los tres años y medio
Seguramente será casualidad pero mis hijas aprendieron a nadar exactamente a la misma edad con métodos completamente diferentes.
En mi caso, creo que la clave ha sido conocer a mis hijas, adaptarme a sus gustos y preferencias y tener paciencia para esperar “su momento”.
¿Y tus hijos cómo han aprendido a nadar?
Imagen gracias a http://www.freedigitalphotos.net