Hace poco leí un artículo en el blog de Gabriella Literaria (blog que, por cierto, aprovecho para recomendaros) donde se explicaban 7 métodos diferentes para planificar una novela. En el primer método ya se hablaba de la escaleta, y Gabriella hacía referencia a ella de la siguiente manera:
Personalmente, aunque coincido con el artículo de Gabriella, pienso que existen tantos métodos de planificación como escritores. Cada maestrillo tiene su librillo, que se suele decir. La estructuración de una novela es quizá la parte más personal a la hora de ponerse a escribir, y en esta entrada, intentaré explicaros cuál es mi método. Mi librillo.
Yo soy de los que usan escaleta, aunque una algo peculiar.
Os contaré cómo lo hago yo:
LA IDEA PRINCIPAL
Lo primero de todo, naturalmente, es la gran idea, y es a partir de esta semilla que deben aparecer muchas ideas secundarias. La mayoría estúpidas, debo reconocer, pero también es bueno que éstas salgan a la luz.
Dos ideas estúpidas bien conectadas pueden resultar en una gran idea.
Es importante que en este punto ya tenga un borrador donde anote, sin orden ni control, todas estas ideas independientes que parece que no van a ninguna parte. Todas han surgido de la gran idea principal, pero a veces incluso derivan en algo que no tiene nada que ver con esa idea original. Me ha pasado.
A modo de ejemplo, supongamos que nuestra gran idea (en este caso concreto, como veréis, lo de gran es un decir) es un perro inválido cuyo único vicio es comer las galletas que su dueño guarda en la encimera de la cocina.
Mi borrador de ideas tendría el siguiente aspecto:
APARECEN LAS ESCENAS
Como decía antes, las ideas anotadas en el Borrador de ideas no siempre serán utilizadas en la novela. Muchas incluso nos parecerán horribles con el paso de los días. A lo mejor, el hecho de que un gato se cuele en la cocina del perro para robarle las galletas nos parece poco creíble. O quizá nos empiece a gustar tanto el personaje del gato que lo transformamos en protagonista, y decidimos que la novela va a tratar sobre un gato vagabundo que huele a deliciosas galletas y se alía con un perro inválido para conseguir el botín…
Bueno, que me lío. El caso es que, una vez que creamos que ya tenemos suficientes ideas para montar el esqueleto de nuestra novela, podemos empezar a hacer un listado ORDENADO de las primeras escenas.
¿Os habéis dado cuenta de que estoy hablando de montar una escaleta, no?
Continuando con nuestro ejemplo animal, nuestra escaleta podría ser tal que así:
Cuanto más detallada esté una escena en la escaleta, menos tendremos que pensar después, frente al folio en blanco, en el momento de la verdad.
Como os habréis fijado, en la escena 4 hay una frase en cursiva y entrecomillada. Es un recurso que utilizo a menudo, concretamente cuando, entre idea e idea, se me ocurre una buena frase para la novela. Ha dejado de ser una idea para convertirse en parte del escrito final, y como no quiero que se me olvide, pues la anoto en su escena correspondiente.
Nota: No es necesario tener la escaleta de la novela completa para ponerse a escribir. Con tener las primeras escenas claras, debería ser suficiente. Más ideas y detalles irán surgiendo a medida que vamos completando escenas.
DIVISIÓN EN CAPÍTULOS
Tenemos claras las escenas y el orden en que las vamos a escribir, pero, querido compañero de fatigas, ¿dónde terminamos un capítulo y empezamos otro?
Para responder a esta importante cuestión, tener la escaleta de escenas delante nos será de gran ayuda.
Como tenemos las escenas ordenadas, sólo tenemos que decidir después de cuál de ellas queremos que finalice el capítulo. A mí me gusta hacerlo todo muy visual, así que asocio un color a cada capítulo. Las escenas del mismo color pertenecerán al mismo capítulo.
ESTAMOS ESCRIBIENDO
Qué bien, ya nos hemos puesto a escribir nuestra gran novela sobre animales. ¿Cómo hago el seguimiento?
La escaleta de escenas coloreada es un recurso que mantengo a la vista constantemente a lo largo del proceso de escritura de la novela. Como he dicho antes, hay que ir actualizándola paulatinamente con nuevas ideas y escenas.
Y, por supuesto, si tenemos que borrar contenido, lo haremos sin miramientos.
Personalmente, me gusta marcar en la escaleta lo que ya he escrito y lo que no. Para esto, es tan fácil como marcar en negrita las escenas (o partes de escenas) que ya están escritas. Esto es muy útil para saber lo que llevamos de novela y lo que nos queda, aproximadamente.
Este es, a groso modo, mi librillo de escritor. Ahora, escritores de la red: ¿hacéis vosotros algo parecido a esto con vuestras novelas? ¿Qué método utilizáis? Os animo a que me lo contéis en los comentarios del artículo.
Y lectores de la red: no temáis, la historia del perro inválido que entra en guerra con un gato callejero por unas galletas caseras ha sido sólo un ejemplo simple para hacer el artículo más entendible. Mis novelas son mucho más complejas (en realidad, me suponen buenos quebraderos de cabeza), de manera que el diseño de un borrador de ideas y una buena escaleta de colores es fundamental.
Si os animáis a comprobar el resultado, ¡comprad mi libro!
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