Revista Insólito

Mi fascinación por la música que ponen en los supermercados: navegando entre lo hortera y lo moderno

Publicado el 12 julio 2013 por Iris Bernot @irisbernot
       Hace unos meses fui un día a un Mercadona ( Metadona para los amigos) que hay por mi barrio porque ya no tenía de nada en la nevera y la opción de volver a comer macarrones con tomate de caja una vez más me nublaba la vista, y me quedé un rato escuchando la música que salía del hilo musical como hipnotizada. La canción que salía por el altavoz era el "Cannonball" de las Breeders, un grupo Underground de chicas que lo petaba en los noventa, y mi asombro fue tan mayúsculo que casi me caigo encima de mi propio carro y me meto dentro de la bolsa de la ternera congelada, esa que parece carne humana sacada de algún sitio recóndito y oscuro. A partir de ese día decidí fijarme más en la música que ponían en el Metadona, y lo que he acabado descubriendo ha sido toda una revelación para mí.
        Resulta que el hilo musical que tienen en ese Metadona, alberga todo un  mundo de sensaciones y de estilos que van desde los más hortera y cutre hasta lo más contestatario. No sé si es tan variado porque quieren que suene un tipo de música determinada según la hora del día que es o de lo que necesitan vender más, o si el secreto está en los gustos musicales del encargado que esté al mando en ese momento. En ese hilo hay de todo, de verdad, y cuando digo de todo, es de TODO. Para empezar, por ejemplo, hay canciones cantadas por gente que no cobra por ello y que se va a un estudio de grabación a grabar canciones cutres con malas letras sobre lo jodid... que es el amor y el desamor, personas a las que no conoce ni su padre que quiere entrar en el mundo de la canción melódica y sensible y lo hace grabando para supermercados. Cuando ponen estas canciones, que suele ser muchas veces, dan ganas de comprar detergente para limpiarse las lágrimas que se llevan en la ropa de tanto sufrir por el cabr... de turno, o cubos de helados de esos que salen en las películas americanas para consolar a la despechada de turno. Luego están las típicas canciones de moda del momento que, ojo al dato, a veces son bastante marchosas, y esas dan ganas de bailar un poco ( cosa que yo hago, por supuesto), y de comprar mucha agua para seguir bailando y mucha coca cola light para ser molón, sano y achispado. Si ponen la típica canción un poco discotequera ( pero sin que llegue a ser tecno duro ni música para salir por ahí) cantada por la típica chica con voz aguda y repipi, dan ganas de comprarse cosmética y cremas para estar guapa y salir por ahí por la noche como una diosa. ( Es posible que el encargado que esté en ese momento en el cuartucho de encargados de turno esté bailando y ensayando poses para cuando tenga que salir el sábado por la noche). Luego hay veces que también ponen algo de rock, (no duro ni contestatario, claro, porque si no a lo mejor la gente se animaba demasiado y empezaba a saquearlo todo), y es entonces cuando te entran ganas de ponerte a cantar entre las lechugas y los tomates canarios usando una cebolla como micro y a decirle a los tíos que hay por ahí comprando y que están medianamente potables que canten contigo.    La verdad es que hay mucha variedad en el hilo musical del Metadona, y ahora que también he empezado a fijarme en los hilos musicales de otros supermercados, me he dado cuenta de que también pasa lo mismo en otros badulaques gigantes como el Carrefour ( o Carrefús para los amigos) y he adquirido un nuevo gusto, el de ir a hacer la compra, que antes no tenía. Antes, ir a hacer la compra era para mí algo que había que hacer por obligación, como ir a por pan o a por leche a ultima hora de la tarde a la tienda de al lado vestida como un vagabundo, pero ahora es una actividad que me motiva y que me fascina, porque cada día descubro un nuevo mundo de sensaciones gracias al hilo musical de turno. A veces salgo de allí triste porque han estado poniendo música cantada por depresivos, otras veces salgo creyéndome la reina del mundo gracias a la música discotequera, y otras salgo con ganas de ser peligrosa y chunga gracias a alguna canción con alguna letra un poco intensa.       De todos modos, he de decir que lo de las Breeders fue como un latigazo en toda la espalda, fue un martillazo en el pie que ya no se ha vuelto a repetir más ( aunque hace poco, en un Misako en el que entré, podía oírse a Ani Difranco cantando "Lagtime" y casi me echo a llorar de la emoción, y el martes pasado sonaba "Cry on Demand" de Ryan Adams en un Mediamarkt, what´s the fuc...??????) .       Estoy esperando al día en el que se puedan pedir canciones en los supermercados igual que en los bares, porque estoy segura de que ese día llegará tarde o temprano para que podremos comprar con música a la carta, y entonces me pondré a la cola de petición de canciones para  pedir el "Killing in the name on" de los Rage Against The Machine o la inconmensurable "Smells like teen spirit" de Nirvana.  Mientras tanto, y hasta que ese día no llegue, seguiré emocionándome con la música de los hilos musicales de los supermercados, y os aconsejo que vosotros hagáis lo mismo, mis amados lectores; Ya veréis que a gusto que vais a comprar si empezáis a hacerlo...

Mi fascinación por la música que ponen en los supermercados: navegando entre lo hortera y lo moderno

jajajjaa, la, la, la, la , la la, na na nanna nanana, i looooveeeee na na na na


Y aquí está el CannonBall de las Breeders, imaginaos esto en el Metadona...
http://www.youtube.com/watch?v=0ZiSFBpHDCA

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